El Inelsa Solar Asmubal Meaño selló un capítulo de oro en la historia del balonmano arousano. Las meañesas vencieron por 39-29 ante Leganés para proclamarse campeonas de liga en casa, siendo el primer equipo arousano en conseguirlo tras una temporada brillante que desean culminar con el ascenso a Oro.
Las de Juan Costas comenzaron dominando ya en los primeros 15 minutos del encuentro, poniendo el electrónico en 10-6 ante un Leganés que mantenía un bloque defensivo muy sólido, planteando una defensa zonal de cinco, entre la que una brillante Fajardo conseguía abrirse hueco para aumentar la ventaja en el electrónico.
Las locales seguían aumentando su ventaja con el peso del ataque en la capitana ocupando la posición de pivote. Así, en el minuto 25, las de Meaño mantenían una ventaja de siete sobre su rival, saboreando el título cada vez más cerca (17-10). Además, las locales optaban así por una defensa combinada con Nadia bajo palos, convirtiéndose en otra de las grandes protagonistas del enfrentamiento ante Leganés.
Las madrileñas buscaban llegar al área al contragolpe para reducir la ventaja al descanso, pero la solidez del bloque defensivo y la actitud de Larralde lo impidieron. De este modo, el encuentro llegó al descanso con un 20-11 en el electrónico.
Tras el descanso, todo siguió igual en Coirón, con las de Costas aumentando su ventaja a diez puntos (22-12). La portera madrileña Silvia López cobró protagonismo después de frenar una falta directa de Laura Miniño. Precisamente tras un mal lanzamiento de Miniño y posterior recuperación de las madrileñas, Correa logró batir a Larralde, pero la ventaja seguía siendo mayor para las locales con un (23-13) a solo seis minutos del segundo tiempo.
Por un momento, las madrileñas cogieron aire tras hacer dos goles seguidos, pero Raquel Sineiro se encargó de volver a romper las ilusiones del Leganés con un disparo desde el área completamente sola. Nadia volvía a ser crucial cuando pasados quince minutos de la segunda parte, las visitantes robaron un balón que a punto estuvo de pasar la red, pero Currás compensaría el susto con otro valiente disparo desde el borde del área.
A falta de diez minutos para el pitido final, el electrónico marcaba el 32-18 que dejaba sin esperanzas al Leganés, mientras que las locales no se iban a conformar con solo 12 goles de ventaja. Las madrileñas terminaron por resignarse a la superioridad de las campeonas, que ya son historia del balonmano arousano.