Pablo Otero comenzó en el mundo del atletismo como un hobbie, y es que empezó a correr por “adelgazar y mantenerse en forma”, desde ese momento han pasado cinco años, de los cuales los dos últimos los ha competido en alto rendimiento. Para Otero, el atletismo siempre fue una diversión, algo que le gustaba. La clave de su entrega al deporte parte de no entender el mismo como un sacrificio, si no como algo que le apasionaba, y por lo que merecía la pena luchar. “A día de hoy tengo una rutina, entreno por la mañana y por la tarde, me queda poco tiempo porque después estudio, ya que estoy acabando una carrera”, cuenta el atleta. Actualmente se encuentra en búsqueda de un sponsor que impulse más su carrera en el mundo del atletismo, además de militar en las filas del Club Torrelavega.
“Me estoy desarrollando más como deportista que cuando empecé por hobbie en todos los aspectos. En carreras populares hay mucha diferencia entre la gente que entrena como yo y la que no, porque los minutos son muy diferentes. En función de lo que entrenes, los resultados están ahí”, afirma Pablo Otero. A día de hoy, Otero asegura que su vida gira entorno al atletismo, con una meta muy clara: llegar a ser atleta profesional.
“Actúo conforme a ello para lograr mis objetivos, creo que cada vez está más cerca el poder ser atleta profesional, me estoy acercando más”, afirma. “Lo importante va a ser contar con el apoyo de alguna marca o de algún club que me permita vivir economicamente de esto”, cuenta.
Ahora mismo, el sustento principal del deportista son las carreras populares. “Vamos a ese tipo de carreras, en las que por ejemplo le pueden dar 500 euros al ganador, para poder seguir, es el único sustento que tengo ahora mismo de este modo”, comenta. Actualmente se encuentra compitiendo en distancias más cortas, de entre 1.500 y 5.000 metros lisos.
“Me gustaría hacer un proceso de unos tres o cuatro años para llegar a ser fondista y correr en maratón en condiciones y poder disputar un Campeonato de España o una mínima para un gran torneo”. espera el atleta.”A corto plazo es muy difícil, pero con un proceso de unos años yo creo que voy a ser muy buen fondista”.
Mirando atrás, el joven se muestra muy orgulloso de todo lo que está consiguiendo. “Si veo ahora fotos de cuando empecé siento orgullo. No me podía imaginar todo lo que iba a conseguir”, afirma. Una constante de sacrificios como por ejemplo, perderse las fiestas para mantenerse en el alto rendimiento, ya que sus entrenamientos requieren descanso de por si. En cuanto a sus estudios, Otero compagina su carrera universitaria con el deporte. “Al final en el tiempo de descanso que necesitas, yo lo paso estudiando”, dice. Ahora, el próximo año regresará a Galicia en busca de un nuevo proyecto que apueste por su talento.