Míchel Alonso: "No desconecto nunca. Voy por la calle paseando con mi mujer y pienso en fútbol"

Míchel Alonso: "No desconecto nunca. Voy por la calle paseando con mi mujer y pienso en fútbol"
Míchel Alonso, entrenador del Arosa, en A Lomba, donde el domingo se estrena en liga | G. Salgado

Miguel Ángel Alonso Naya, conocido como Míchel Alonso, se estrena el domingo en liga en el banquillo del Arosa SC. Natural del barrio ferrolano de Caranza, a sus 50 años se convierte en el sexto entrenador en la etapa de Manolo Abalo al frente del club.  Míchel traslada a la afición sus sensaciones y reflexiones ante la inmimente e ilusionate temporada, repasa su dilatada trayectoria y comparte vivencias de un hombre cuya vida gira en torno al fútbol las 24 horas del día.

 

Estamos en A Lomba y es inevitable que no empiece preguntándole por el estado del césped y su posible evolución en los próximos meses. ¿Le quita el sueño?
Nos preocupa a todos. Me comentan que se van a tomar decisiones para que el campo pueda mejorar y esperemos que pueda estar en condiciones adecuadas. En estos últimos días está mejor y esperemos que pueda llegar lo mejor posible al domingo.

 

El presidente dice que desde el Concello estudian la posibilidad de levantar y cambiar el césped en el mes de marzo, lo que obligaría a trasladar los partidos a otra instalación...
Bueno, eso está muy lejos aún. No vamos a pensar en eso ahora porque no tiene sentido.

 

¿Qué valoración hace de la pretemporada?
Las pretemporadas sirven para tratar de implantar un modelo de juego en el que los jugadores se sientan cómodos y con el que se sientan identificados. En ese aspecto estoy contento porque son muchos los jugadores nuevos. Es importante que se conozcan y se generen sinergias positivas para el equipo. También estoy muy contento por como trabajan en el día a día.

 

Álex Compa llegó la pasada semana, Duque aún no lo hizo y Javi Rey disputó el otro día sus primeros minutos. Parece que aún falta para acoplar todas las piezas...
Hay que dar tiempo. Hay gente que a todos los niveles está más cerca de lo que queremos y otros más lejos. También pasa en lo físico porque no todos asumen las cargas igual. Hay algunos que están mejor que otros. Es algo que ya sabíamos que podía suceder y tenemos que ir ajustando. En esta semana se están igualando un poco más las cosas en cuanto al aspecto físico de los jugadores.

 

La pretemporada ha sido muy exigente, con bastantes sesiones dobles. ¿Demasiado dura para lo que es la categoría?
El trabajo nunca es demasiado. Soy de los que pienso que siempre puedes hacer más. Hicimos lo que había que hacer.

 

Hay jugadores, como por ejemplo Romay, al que todavía no le hemos visto en su mejor nivel. ¿Pueden estar acusando esta carga?
El caso de Romay es diferente porque tiene que compatibilizar con su trabajo y hubo sesiones en las que no pudo estar.

 

¿Está satisfecho, contento o muy contento con la confección de la plantilla?
Estoy muy contento. No perdimos el tiempo en jugadores que sabíamos que eran inalcanzables. Eso es básico. Nos centramos primero en las renovaciones y a continuación en los que podían venir. Tuvimos un acierto muy alto de lo que queríamos porque están aquí. Para mí era importante que volvieran jugadores de aquí que nos podían aportar, como Rivera, Luis Castro o Carlos Torrado. A algunos de ellos ya los había tenido.

 

Me consta que hubo negociaciones para fichar a Gabri Palmás, que finalmente decidió seguir en Segunda RFEF. ¿Cambió eso la hoja de ruta para el ataque?
Íbamos a por un jugador y al final trajimos dos, con Álex Compa y Duque. Eso me va a permitir tener más alternativas y usar otros sistemas, como poder jugar con dos delanteros porque ahora tenemos tres jugadores para ahí, más algún otro que se pueda adpatar como Martín Diz o Iñaki.

 

Hay entrenadores que prefieren plantillas más cortas porque les resultan más fáciles de gestionar. El Arosa tiene 21 futbolistas. ¿Puede ser un problema?
El problema es no tener gente. Yo estoy cómodo así. Creo que va a haber oportunidades para todos. Ellos lo saben y creo que puedo tirar de uno y dejar a otro sin que se resienta el equipo. Pero todo depende de ellos, el que puedan entrar o no.

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La llegada de Míchel Alonso al Arosa ha devuelto la ilusión a una afición que vuelve a soñar con el ascenso / Gonzalo Salgado 

 

En los partidos de pretemporada ha preferido repartir minutos, incluso entre los juveniles, que ir perfilando un posible once titular para el primer partido de liga. ¿Por qué?
Primero porque los juveniles que estuvieron aportaban. Si no dieran el nivel no los habría metido. Tenemos un equipo juvenil en División de Honor, otro en Liga Nacional y un cadete en División de Honor. Estamos como los mejores. Mi obligación es mirar para ellos y alguno, como Pedro Bouzada, va a estar en dinámica del primer equipo como uno más. Y cuando no vaya convocado jugará con los juveniles. Y segundo porque me valió para ir ajustando las cargas.

 

Ha entrenado en Tercera División, pero esta categoría es diferente porque ahora es la quinta y hay doce equipos gallegos en ligas superiores. ¿Qué nivel espera encontrarse?
Venía de no seguirla mucho porque estuve fuera. Pero por lo que estoy viendo creo que va a haber igualdad. Hay buenas plantillas que se reforzaron muy bien y una lista de equipos amplia que pueden estar arriba.

 

A tenor de las plantillas, ¿cree que la lucha por el título va a ser un mano a mano entre Arosa y UD Ourense?
No. Creo que la lista es más amplia. Noto que a nosotros nos meten ahí y eso está bien porque se ve que tuvimos gusto en hacer la plantilla y a la gente le gusta lo que hicimos. Pero creo que la lista es amplia para los que quieren ascender y tienen nivel para conseguirlo. La ampliaría entre otros a Vilalbés, Polvorín o Alondras, que fichó un jugador muy importante al que no todo el mundo tiene acceso.

 

¿Cree que es clave empezar bien o es de los que piensa que la liga es muy larga?
Es muy importante empezar bien. A mí me preocupa enganchar a la afición con el equipo. Veo que hay ilusión, por eso sé que es importante arrancar bien para que eso no se pierda.

 

Al Arosa lo dan como favorito. Con lo que le gusta atacar rápido y en transición, ¿está preparado para los previsibles cerrojazos?
Siempre me consideré un entrenador camaleónico que se puede adaptar a lo que tenga. Es parte de mi trabajo. Mi objetivo es sacar el máximo rendimiento a los jugadores. Yo me tengo que adaptar a ellos, aunque es cierto que pude un poco elegir a los que quería para que también se amolden a mi gusto. Creo que vamos a ser un equipo capaz de adaptarse a lo que nos proponga el rival. La idea, independientemente del modelo o de tener más o menos el balón, es intentar imponernos, jugar en campo rival, estar cerca del área y generar ocasiones.

 

Siete de los fichajes vienen de Segunda o Primera RFEF. ¿Cómo cree que se adaptarán a lo de bajarse al barro?
Bueno, creo que no va a ser un problema. Lo único es que el campo nos ayude, o más bien que no nos perjudique.

 

El Arosa viene de tres años seguidos acabando con decepción en A Lomba. Primero el descenso y después dos eliminaciones en el play-off. ¿Qué respuesta espera de la afición?
Creo que nos toca a nosotros dar. Aquí la afición es la mejor de esta categoría. Es uno de los motivos por los que también estoy aquí. Es un sitio de fútbol y a todos nos gusta jugar en este campo para esta gente. Me gustaría mucho que se sientieran identificados con lo que ven en el campo. Aparte de lo que podamos proponer a  nivel de juego, que también, pero el esfuerzo, el trabajo y la dedicación son cosas con las que se siente identificada la gente. Y eso es lo que espero que podamos transmitirles para que estén orgullosos de su equipo.

 

Está viviendo en Vilagarcía. ¿Qué le parece y qué le dice la gente en la calle?
El pueblo me encanta. Lo conocía de pasada, pero creo que es un sitio ideal para vivir porque hay de todo y a mano. Estoy encantando porque es un sitio muy bonito para estar. En cuanto a la gente, me para y me dice cosas, noto que están expectantes a ver qué sucede.

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Alonso, durante un partido este verano en el campo de A Lomba / Gonzalo Salgado

 

Viendo su trayectoria, no suele estar más de dos o tres años en un equipo. ¿Es de los que cree que los ciclos se agotan?
Eso va un poco conmigo. No sabría que decir en ese aspecto. Quizá es porque lo tengo interiorizado. Aunque en Somozas estuve cuatro años.

 

¿Cuál es su historia? Porque empieza a entrenar con 19 años, pero empezó jugando al baloncesto y bastante bien...
Sí, jugaba a baloncesto y a fútbol. Con 16 años, cuando medía lo mismo que mido ahora (risas) veía que mi estatura empezaba a ser un impedimento y lo dejé. Después la vida te va marcando. Tuve un hijo muy joven, con 18 años. La vida me cambió y tuve que afrontarlo. Trabajaba a la vez que empecé a sacar los títulos. Fui uno de los más jóvenes de España en hacerlo. Y empecé a entrenar en el Galicia de Caranza, que es mi barrio. Y después Narón, Racing Ferrol, As Pontes, O Val, Somozas, Órdenes...

 

Pero, ¿cuándo nace su vocación de entrenador?
Puff... la tuve desde muy joven. Con 16 o 17 años ya estaba preguntando para hacer el título de entrenador, que no se podía hasta ser mayor de edad. Tuve siempre la inquietud. Creo que es una vocación de siempre.

 

¿Qué es lo que más le atrae?
El juego, analizarlo en sus diferentes formas. No me gusta ceñirme a algo. Creo que no es lo mismo lo que voy a hacer en el Arosa que lo que hice en Coruxo, Formentera o Somozas. Eso me gusta, tener que adaptarme. Creo que aquí voy a poder plantear lo que más me gusta a mí.

 

Después de más de treinta años, ¿no le llega a aburrir el fútbol?
No. No desconecto nunca. Voy por la calle paseando con mi mujer y voy pensando en lo que voy a hacer mañana o en cómo salió lo de hoy. Soy malísimo para eso, no desconecto nada. Al ser así, no me imagino sin eso.

 

No tiene psicólogo deportivo en el cuerpo técnico, ¿cómo gestiona esa parte tan importante?
Me gusta ese apartado, todo lo que tiene que ver con la gestión de grupo. De hecho leo más de ese apartado que del fútbol en si. Creo en esa función del psicólogo. No sabría decir si para estar como asesor o estar directamente con el equipo, creo que depende de quien sea el psicólogo.

 

El año pasado decidió dejar el Compostela, una decisión que sorprendió a muchos...
Fue algo más simple de lo que parece. Simplememte no me sentí identificado con el equipo. Creía que no 
íbamos a cumplir el objetivo por el que me contrataron, que era meterse en play-off, como así sucedió. Tomé  muchas decisiones para que la cosa se pareciera a lo que quería, no me gustaba como estaba. Empezamos muy bien, acabamos peor y decidí irme. Fue muy simple. Habla un poco de como soy.

 

¿Hubiera sido diferente de haber empezado desde el inicio y con influencia a la hora de confeccionar la plantilla?
Sí, claro. Mi vinculación ahora mismo a este proyecto y a estos jugadores es muy diferente a la que tenía en el Compostela.

 

¿Cómo es su relación con Dani Abalo? En todos los clubes suele haber puntos de vista diferentes entre dirección deportiva y entrenador...
Y es bueno que los haya. Yo estoy acostumbrado a hacer las plantillas. Aquí cuando hablamos puse cosas claras que son importantes. Evidentemente no iba a entrenar una plantilla de la que no fuera partícipe en hacerla. Se cumplió 100 %. Hay química, hay trabajo detrás y estoy muy contento. Para mí es mejor que existan dos figuras y no que el entrenador asuma también la direccción deportiva. Sobre todo para hablar de dinero y estas cosas, creo que el entrenador debe estar al margen. Además Dani en cierto sentido aún se siente futbolista y puede hablar con ellos de cosas que quizá al entrenador no le comenten.

Dani y Mu00edchel
Dani Abalo y Míchel Alonso el día de la presentación del nuevo entrenador arlequinado / Mónica Ferreiros

 

Desde su experiencia como director deportivo en el Rápido de Bouzas. ¿No lo prefiere a ser entrenador?
Es diferente. Sobre todo en el día a día. Un entrenador no desconecta nunca. De director deportivo las funciones cambian. Cuando fui al Bouzas como director deportivo tenía claro que no volvería a entrenar, y sin embargo me di cuenta que lo que más me gusta es entrenar. También me gusta mucho la labor de scouting. Cuando lo hice, me ayudó mucho ser entrenador. Veo a gente que lo hace muy bien, pero que no entrenaron en la vida y cambia mucho porque lo ves diferente y aportas otra información.

 

Siendo joven fue ayudante de Jose Luis Vara en el Racing de Ferrol y ahora con 50 años es usted la referencia para los que empiezan. ¿Cómo lleva el nuevo rol?
No me gusta verme en ese perfil, pero sí noto que la gente me ve así, por lo que tengo que asumir. Al final llevo treinta años entrenando, con muchas experiencias. Cambió mucho esto para bien respecto a cuando yo empezaba. En mi época, con 19 años era raro que entrenaras a unos cadetes, y ahora hay entrenadores de menos de 30 años que entrenaron en Segunda División. Ahora estoy rodeado de gente más joven y tengo que asumir y creo que les puedo aportar experiencia.

 

El Racing de Ferrol es el club de su vida. Lo entrenó en dos etapas. ¿Le gustaría una tercera?
Entrenar al Racing es algo muy importante porque es el equipo de mi ciudad, pero cuando accedes a algo que deseas tanto y te decepciona...pues fue lo que me pasó. No era lo que yo pensaba en muchos aspectos. La gente fue muy dura. En la segunda etapa percibía que la cosa no iba a salir bien y lo cogí igual. Para mí fue una decepción. No pienso en una tercera etapa, sólo pienso en el Arosa, en intentar ayudarlo a crecer y que vaya para arriba. No vengo aquí pensando que puede ser un trampolín de nada, porque  si fuera así no hubiera venido.

 

Se para a pensar en eso, en que quizá ya se le pasó el tren del fútbol profesional una vez que se ve en Tercera...
Mira, cuando empiezas, piensas que vas a entrenar al Madrid y el Barça. Cuando te das cuenta que eso es imposible es cuando lo empiezas a disfrutar. Y así estoy.

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