El Arosa juvenil visita este sábado por la mañana en Abegondo (12.30 horas) al RC Deportivo en una nueva jornada de División de Honor. El equipo herculino es segundo por detrás del Celta y es el único equipo gallego que sigue en liza en la Copa del Rey. Eliminó en la primera eliminatoria al Sporting de Gijón al ganar por 3-0, con un doblete de Rubén Fernández. El delantero caldense, que cumple su séptima temporada en la cantera deportivista, es el pichichi del grupo I de División de Honor con 14 tantos en 17 partidos en su segundo año juvenil.
A Rubén la pasión por el fútbol le viene de cuna. Su padre, Fernando Fernández, tuvo una larga carrera en el Arosa, donde llegó a ser capitán, y también jugó en otros equipos de Tercera División como Céltiga o Ribadumia. Fernando, mediocentro espigado y muy completo, con gran juego aéreo y muy buen pie, comprobó desde que su hijo era bien pequeño que no se le iba a parecer jugando. Básicamente por las cualidades innatas que demostró Rubén desde crío para moverse en el área y resolver las jugadas con determinación. Siempre tuvo gol. Nació con él. En edad prebenjamín marcó 190. Una cifra que no deja de ser anecdótica en una etapa inicial de formación. “A esas edades no le das importancia”, explica su padre.
En benjamines, estando ya en el Atlético Cuntis, la relación con el gol empezó a levantar expectación en toda Galicia. El Depor llamó a su puerta. En principio para disputar torneos puntuales. Pero en su primer año alevín comenzaron ya los viajes a Abegondo. Una vez por semana para entrenar los jueves. A la temporada siguiente recaló definitivamente en la cantera deportivista. Inició de esa forma cuatro años de muchas tardes en carretera recorriendo kilómetros para entrenar y jugar. Hasta que en su segundo año cadete el Deportivo le facilitó la residencia y decidió trasladarse a A Coruña.
Para entonces, el hijo de Fernando y Aurora seguía perforando redes con suma facilidad. En su primer año en cadetes de División de Honor hizo 27 tantos. Y en el segundo marcó 42. A los que que hay que sumarles los que anotó con la Selección Gallega que dieron el título nacional a la Sub 16 en Pontevedra en el año 2022.
La pasada temporada, su primera como juvenil, hizo 42 goles: 36 con el juvenil B en Nacional y 6 con el A en División de Honor. Sus increíbles números no le han evitado críticas, apuntando al volumen de su tren inferior como una cuestión en discusión. “Es su constitución”, explica el padre. “Es un niño que tiene que cuidar mucho su alimentación por su estructura física, pero está bien, dentro de los límites de medición”. De hecho es un jugador muy valorado para los responsables y profesionales técnicos del club.
Rubén sigue inmerso en su proceso formativo. Aunque su única posición es la de delantero centro, cada vez tiene más registros. Fue tras la pandemia cuando experimentó un mayor cambio, comenzó a sentirse importante y mejoró mucho, potenciando su juego de espaldas y perfeccionado su relación con el gol. Mezcla intuición e inteligencia para moverse en área, anticipándose siempre para marcar tras centro y remate. Tiene ese don, que en el fútbol es tan valioso.
Su padre, que sabe bien como funciona este deporte y lo complejo que es, le traslada calma y evita generar expectativas. “Tiene que seguir trabajando y formándose”. Es el único objetivo. La pasada temporada pudo debutar con el Fabril, algo que recibió como un premio. “Lo que le transmitimos en casa es que sea humilde y que trabaje, porque no hay otra manera de seguir progresando”.