El corredor vilagarciano Martín Rey se impuso en la Volta ao Baixo Miño, una carrera que celebró su primera edición y que sorprendió con un recorrido muy duro de 125 kilómetros al que supo sobreponerse con autoridad. Martín, a sus  20 años, estrenó su palmarés con el Padronés Cortizo, una entidad en la que se había formado y a la que regresó esta temporada “con la ilusión de seguir progresando para dar el salto algún día al ciclismo profesional”, aseguraba a principios de año tras confirmarse su vuelta a casa.

Seis meses después, por fin le llegó el ansiado triunfo en Oia.  “Ha sido increíble”, exclamaba nada más bajarse de la bici, justo antes de dedicarle la victoria a sus padres. “Salió como habíamos previsto. La estrategia pasaba por buscar la primera selección de corredores en la subida del primer puerto, San Antoniño, para lanzar el ataque camino del siguiente e ir descolgando a los rivales. Al llegar a la primera rampa de Mavia decidí arrancar en solitario, convirtiendo los 30 kilómetros finales en una contrarreloj de la que logré salir victorioso”, relataba exhausto.El ascenso a Mavia, que ya había sido protagonista en la última visita de La Vuelta a España a Galicia, fue tan exigente que acabó reventando el pelotón y los corredores llegaron a cuentagotas a la línea de meta.

Tras Martín Rey, entraron Sinuhé Fernández, a 14 segundos, y Ricardo Zurita, a algo más de dos minutos, copando el podio para el Cortizo, que también situó en en el Top 10 a David Delgado, cuarto, Sergio Chumil, sexto, y Alejandro Paz, octavo. En definitiva, un despliegue colectivo de los de Marcos Serrano que también les sirvió para vencer por equipos y llevarse todas las clasificaciones secundarias. Martín Rey, además, se adjudicó el maillot de la montaña, el de esprint especial, mejor gallego y mejor sub-23, una categoría en la que sigue liderando la Copa Galicia, torneo para el que era puntuable esta Volta ao Baixo Miño.Martín compite desde hoy y hasta el domingo en la Vuelta a Navarra.