El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó en la jornada de ayer que la economía española cerró el pasado año 2024 con un crecimiento del 3,2%, medio punto más que en 2023 (2,7%), debido fundamentalmente al impulso del consumo nacional y la inversión y a pesar de una demanda externa más débil.
De acuerdo con los datos publicados por el INE, se mantiene igualmente el patrón de crecimiento anual, con una aportación de la demanda nacional –consumo e inversión– de 2,8 puntos porcentuales y una contribución de la demanda externa (exportaciones e importaciones) de 0,3 puntos.
El crecimiento anual se ha sustentado en la fortaleza del consumo de los hogares, que creció el 2,8%, 1,1 puntos más que hace un año, mientras que el de las administraciones públicas moderó su avance al 4,9% (frente al 5,2 % en 2023). Por su parte, la inversión avanzó un 3%, nueve décimas más que el año anterior, y lleva cuatro años al alza, según detalló el INE.
El valor del Producto Interior Bruto (PIB) a precios corrientes para 2024 se situó en 1.591.627 millones de euros, un 6,2% superior al de 2023. El avance del 3,2% en 2024 se encuentra por encima del de 2023 (2,7%) y también de los crecimientos anuales registrados antes de la pandemia, pero lejos de los de 2021 (6,7%) y 2022 (6,2%).
El país lidera un año más el desarrollo en la zona euro y fue el que más aportó al alza de la eurozona, la mitad del total
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa valoró en un comunicado que España lideró un año más el crecimiento en la zona euro, con un aumento del PIB 3,5 veces superior, y fue la que más aportó al crecimiento de la eurozona, el 50% del total.
Los datos demuestran que España “mantiene un crecimiento equilibrado, sostenible y robusto, capaz de seguir generando empleo de calidad y mejorando el poder adquisitivo de las familias, lo que especialmente relevante en el contexto de incertidumbre internacional”, añadieron las mismas fuentes.
En lo referente a l cuarto trimestre del pasado año la economía avanzó el 0,8%, por el empuje del consumo de los hogares, que aumentó un 1%, así como el de la inversión empresarial, un 2,9%, y especialmente en maquinaria y bienes de equipo, que se disparó un 7,6%.
El consumo de las administraciones públicas aumentó un 0,3%, mientras que la inversión en vivienda creció un 1,7%, según los datos facilitados por el organismo estadístico.
Al crecimiento de los tres últimos meses del año, la demanda nacional contribuyó con 1,2 puntos y la demanda externa restó cuatro décimas debido a la debilidad de las exportaciones de bienes y servicios, que presentaron una tasa intertrimestral del 0,1% –tres décimas menos que en el tercer trimestre–, y al incremento de las importaciones, que aumentaron el 1,4 % –cuatro décimas más–.
Por otra parte, cabe destacar que tres de los grandes sectores de actividad registraron incrementos trimestrales: del 2,7% para la construcción, del 1% para los servicios y del 0,3% para la industria –0,5% para la industria manufacturera–, mientras que la agricultura, ganadería y pesca descendieron un 0,7%.
Dentro del sector servicios, destacó el impulso de la información y comunicaciones (3%) y de las actividades inmobiliarias (2,7%) y la caída de las actividades artísticas (2,8%), así como de las actividades financieras y de seguros (2,1%).
El número de horas trabajadas creció un 1,8% trimestral y los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, un 0,8%, mientras que la productividad por hora efectivamente trabajada disminuyó un 1%.
Por el lado de las rentas, la remuneración de los asalariados subió el 2,4% trimestral, mientras el excedente de explotación bruto –asimilable al margen de las empresas– se incrementó un 1,1% y los impuestos netos sobre la producción y las importaciones, un 3,5%.