Gran celebración en el décimo aniversario de los desfiles de alta costura de Dolce & Gabbana, espectáculo, lujo y fantasía.
Homenaje a su tierra natal, Sicilia, concretamente en Siracusa, en la Plaza del Duomo ante 600 invitados, este desfile reunió lo mejor de la moda para celebrar su décimo aniversario, lleno de referencias a la cultura italiana. Cuatro días de fiesta en Sicilia, un concierto en un teatro griego del siglo V a.C, una cena en un club de playa con fuegos artificiales con baile hasta la madrugada...
Y llegó el sábado en la histórica plaza del Duomo en Ortigia, una isla en la región de Sicilia, donde comenzó un desfile único con una representación de Cavalliera Rusticana, la ópera en un acto de Pietro Mascagani sobre un par de triángulos amorosos. Los modelos bajaban por una escalinata y paseaban por todo el frontal de la catedral, flanqueados por mujeres vestidas de negro al estilo tradicional siciliano.
Dolce explicó los paralelismos entre la ópera y la marca que fundaron en 1986. “Se trata de lo sacro y de la fe, de la familia, de Sicilia y lo que es importante, del negro”. Sacerdotes, novicias, viudas sicilianas y una procesión completa con un par de santos llevados en bastones desde extremos opuestos de la plaza. Todos vestidos de negro, transformó un severo vestuario en algo sexy y glorioso. “Es un Adn muy D&G”.
Dieron paso a 106 looks Made in Italy con la mayor parte procedente de su taller de Milán. La firma Dolce & Gabbana es la exuberancia exquisita, es alta moda, es única. Abundan los velos negros, hasta las novias llevaban hábitos de monja, vestidos con corsés con diversos bordados icono de la casa. Querubines acolchados posados en varias chaquetas, aplicaciones de flores pintadas a mano, vestidos sin tirantes, chaquetas con huevos de Fabergé bordados, túnicas de encaje negro marrón claro o blanco, delicadamente rematados con puntas de aguja blanca.
Los diseños de alta costura se aprecian más cuando se ven de cerca y se pueden tocar, pero este desfile ha sido tan vibrante y espectacular que traspasaba la pantalla. El espectáculo es inherente a la alta moda y no solo en los diseños. El look final, una capa de tafetán rojo con una cola de tres metros, produjo un gran aplauso.
La colección de D&G Ata Moda es historia y cuento. Cuenta una historia de vida eterna. Estructuras para hombres, audaces hechas a mano a partir de inspiraciones mitológicas marca las formas, mejorado la anatomía como si fueran forjados en los propios cuerpos.
–Una armadura inspirada en tesoros perdidos es creada completamente a mano con soutage de seda, varillas de vidrio, trenzas doradas, cadenas enjoyadas y cristales, exaltando la anatomía del cuerpo huma- no, para completar el look, un casco enjoyado con bordados y vaqueros con lavado especial.
–Otra armadura que será legendaria, un corpiño hecho de plata plastificada de seda de satén envuelve el torso. Completada con una falda negra con pliegue. La icónica pieza está bordada con cristales y varillas de vidrio, dando a la silueta un carácter etéreo y glorioso.
–Una impresionante túnica con una centro de mesa que se asemeja a un cofre del tesoro lleno de oro y piedras preciosas, se convierte en un sublime tributo a las técnicas artesanales atemporales y a la mítica historia de Sicilia.
–Una armadura dorada inspirada por los guerreros bizantinos y árabes cuenta con un corpiño compuesto por una variedad de telas lurex, turbantes y jacquard en diferentes tonos de oro. El exquisito bordado a mano imita y sigue los músculos del cuerpo humano.
Si observamos sus creaciones para mujeres con escrutinio encontramos profundas representaciones de Sicilia y su gente, piezas únicas que evocan exquisita belleza, tradiciones y artesanía italiana atemporal. Combinando diferentes telas para crear un efecto tridimensional con querubines, flores esculpidas y corazón sagrado, la capa de lurex es un homenaje a la capilla de la Catedral de Siracusa.
Vestidos de ganchillo artesano de crochet con bases de tul bordado a mano con redes, flores dobladillos escalonados, espirales y hojas para reproducir el absolutamente único y clásico encaje siciliano.
Volando sobre los hombros de una chaqueta duquesa de algodón, querubines modelados con micro cortinas y pétalos cosidos a mano, recrean el brillo del mármol en un tributo al barroco siciliano atemporal.
Se inspiraron en los frisos barrocos de las fachadas de piedra caliza siciliana, más de 380 flores y hojas que reproducen en una capa de falla de seda rosa caramelo, transformándola en una ramo de elegancia incomparable. Las flores aparecieron en distintos tejidos, estampadas y en apliques tridimensionales. Recubrieron elaboradas capuchas, faldas, tocados.
Vestidos de lurex de terciopelo cubierto con cinturón de corte de cuero plastificado bordado con motivos de filigrana y cristales.
El negro predominó todo el desfile, aunque vimos pinceladas de color blanco, amarillo, rojo, rosa pastel, magenta, naranja y verde. También desfilaron piezas en terciopelo vinotinto y vanguardistas trajes plateados. El dorado estuvo muy presente en el show en abrigos bordados con pedrería brillante y chaquetas joyas con mangas abullonadas.
–Faldas midi, lujosos corsés, tules, hombros estructurados, volúmenes.
–Tejidos como el tul, encajes, guipur, trasparencias, brillos, pedrería y detalles rococó con accesorios religiosos, misales, joyas en forma de cruz o imágenes de la Virgen.
“Queremos hacer algo especial, dijo Dolce, lo especial es imposible, pero solo al principio, es lo que quiso decir. Haciendo posible lo imposible, hasta la última perla y cristal bordados, es como se construye una lista de clientes de Alta Costura de 750 personas”.