La Audiencia de Pontevedra ha condenado a cinco años de cárcel a un hombre de A Estrada (Pontevedra) que intentó matar a la que era su pareja, con la que mantenía una relación desde hacía al menos doce años, rociando su casa con gasolina.

El tribunal considera probado que, tras esparcir la gasolina por el inmueble, le prendió fuego al combustible con la intención de causar un incendio mortal.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2023 cuando, en plena madrugada, el acusado "movido por el propósito de acabar con la vida de su compañera sentimental" subió al dormitorio donde se encontraba la víctima con una garrafa con gasolina en la mano.

Lo hizo, según reconoce la sentencia, en estado de embriaguez e insultándola y amenazándola con expresiones como "vamos a morir, te voy a quemar la casa" o "vamos a morir juntos, ya te avisé hace mucho tiempo".

Los magistrados relatan que, cuando la mujer, alertada por el olor a gasolina, abrió la puerta de su habitación, vio al acusado vertiendo el contenido de la garrafa especialmente en el sofá próximo a la puerta de la habitación, mientras decía que iban a "morir quemados".

La víctima, tras valorar saltar por la ventana de su habitación, "escapó corriendo, bajando las escaleras, mientras el acusado la seguía, echando la poca gasolina que le quedaba".

Finalmente, la mujer logró salir al exterior de la vivienda y él quedó de pie, llamándola con expresiones como "estoy diciendo que vengas, que vamos a morir”, prendiendo fuego en la entrada de la casa.
En ese momento, tal y como consta en el relato de hechos probados de la sentencia, se inició un incendio, que motivó que la mujer, por temor a que su compañero sentimental muriese quemado, volviese a entrar para ayudarle.

En ese momento el procesado, "siendo consciente del riesgo letal que ello entrañaba y aceptándolo, quiso retenerla, agarrándola con la mano", subraya la resolución judicial.

La mujer consiguió zafarse y, en ese momento, su pareja le propinó un golpe con el puño de la mano derecha en la zona de la mejilla izquierda, no logrando evitar que pudiese abandonar definitivamente la vivienda y ponerse a salvo.

El foco de incendio de la escalera se autoextinguió por sí mismo debido a la escasa cantidad de combustible vertido en ese punto en concreto.

La sala indica que, en el momento de la comisión de los hechos, el procesado tenía sus facultades volitivas levemente mermadas a consecuencia de una previa ingesta de bebidas alcohólicas relacionada con un grave problema de adicción a su consumo.

Los jueces, tras confrontar las distintas declaraciones de testigos y peritos, aseguran que llegaron "a la plena convicción" de que el testimonio de la víctima "es realmente espontáneo y acorde con la realidad".
Además, consideran que concurre dolo homicida en el encausado, pues destaca que "no puede negarse el conocimiento del riesgo innegable, cierto y concreto de que se produjera un incendio y de ocasionar resultados letales, tanto para ella como para él".

Los magistrados destacan que, "para perpetrar y llevar a término su propósito homicida", el acusado esparció la gasolina y le prendió fuego con la "intencionalidad evidente" de provocar un incendio de resultado mortal, "si bien las circunstancias concurrentes permiten excluir el peligro para la vida o integridad física de las personas".

El tribunal le considera autor de un delito de homicidio en grado de tentativa en concurso medial con un delito de incendio sin peligro para la vida o integridad física de las personas, concurriendo la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de embriaguez.

Además de la pena de prisión, los magistrados le han impuesto la prohibición de aproximarse a su excompañera sentimental en un radio no inferior a 500 metros y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio durante seis años.

Tendrá también que indemnizar a la víctima con 3.200 euros.

La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.