En un mundo cada vez más exigente con la responsabilidad corporativa, los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) son ya un pilar esencial para el éxito empresarial. Más allá del cumplimiento normativo, integrar estos principios en la estrategia es clave para generar valor a largo plazo. También para las pymes y las empresas familiares.
En este contexto, los consejos de administración desempeñan un papel crucial como arquitectos de una visión que equilibre los intereses económicos de las compañías con su impacto positivo en la sociedad y el planeta. El Programa de Consejeros que organiza el Instituto de Buen Gobierno Corporativo de CESUGA pone en marcha el próximo 5 de febrero su segunda edición con el objetivo de fomentar nuevas formas de hacer en la gestión empresarial y consolidarse como un espacio exclusivo y de networking que da acceso al conocimiento y la experiencia de altos directivos y consejeros de grandes corporaciones: desde PwC, Acerinox o Ence a Hijos de Rivera, Roberto Verino o Grupo Puentes. El curso, que se desarrollará en seis sesiones hasta junio, lo coordina Inmaculada Rodríguez, directora general de Unirisco Galicia, experta en ASG y estrategia de negocio e inversora y mentora de startups.
¿Cómo surgió la idea de crear este curso?
Esta iniciativa surge porque vimos que no existía un programa específico en Galicia para formar a los cuadros directivos y a las empresas familiares en lo que es buen gobierno corporativo. Sí existen cursos de este tipo en Madrid y Barcelona, pero en Galicia no teníamos un programa introductorio con un nivel de experiencia muy adaptado a la realidad socioeconómica gallega, a nuestras empresas, en su mayoría pymes. Era algo que nos faltaba en Galicia.
¿Qué ofrece esta segunda edición?
Contamos de nuevo con un gran profesorado, ya consolidado del primer año, cuando elegimos a grandes profesionales para formar parte de nuestro cuadro docente. En este nuevo programa que ponemos en marcha ahora hemos ajustado cuestiones y hemos tomado en consideración las impresiones del alumnado de la primera edición, cuyo feedback fue muy satisfactorio. Pero los objetivos son los mismos: crear un entorno para el debate y promover la relación entre asistentes, impulsar nuevas formas de hacer en la gestión empresarial y, algo fundamental, dar acceso al intercambio de experiencias.
¿A qué tipo de perfiles profesionales va dirigido este programa?
Está especialmente enfocado a directivos de pymes y miembros de empresas familiares relacionados con la gestión empresarial y patrimonial que ya tienen la necesidad de contar con consejos de administración altamente profesionalizados. La exigencia normativa es cada vez mayor y es verdad que no siempre es sencillo aplicarla. Aunque en este ámbito hay una parte técnica que se puede adquirir con asesoramiento jurídico, el aterrizaje de los aspectos transversales de buen gobierno y las responsabilidades que tiene la administración de la empresa en esta materia es muy importante.
El programa es un espacio exclusivo de formación y encuentro empresarial. ¿Qué lo diferencia de otras iniciativas en el ámbito del buen gobierno corporativo?
Una de las cosas que nos diferencia es el espacio networking para compartir experiencias, tanto con los ponentes como con los asistentes. He acudido a diferentes programas de formación de consejeros a nivel nacional y lo que siempre he valorado más es poder tratar en confianza y con cierta privacidad con los expertos que los imparten, que son consejeros delegados y asesores independientes de consejos de grandes corporaciones, cuestiones de las que no se escribe o no se abordan en conferencias, desde temores, crisis y dudas a dilemas éticos. Poder hablar en voz alta en un espacio casi de reflexión y de pensamiento en colectivo es un privilegio.
¿Cómo contribuye este programa a mejorar el desempeño de los consejos de administración en un eco- sistema empresarial cada vez más complejo?
Nuestra contribución positiva tiene que ver con la profesionalización y la toma de conciencia de todos los requisitos y el enfoque que hay que dar a la gobernanza corporativa. Ya no es un trámite como hace años, cuando todo lo que se llevaba a los consejos de administración eran temas más formales. El consejo de administración tiene que ser un órgano de debate, de decisión y estratégico para la compañía, sobre todo cuando competimos en un entorno global y muy exigente. En este sentido, el Programa de Consejeros de CESUGA es muy práctico e impulsa el buen gobierno de las pymes gallegas, ayuda a darles un plus en competitividad, y lo hace de la mano de destacados profesionales de grandes empresas, aportando su visión de gestión. Prácticamente todos los docentes forman parte de grandes corporaciones, como la consultora PwC, una de las Big Four, compañías como Hijos de Rivera o Grupo Puentes y fondos de capital riesgo. Tenemos una visión multisectorial muy importante que ayuda a identificar, de muy forma concreta y directa, cuáles son los principales retos y necesidades que tienen los consejos de administración hoy en día.
¿Qué valor añadido supone el acceso a ponentes de prestigio y a casos prácticos en este tipo de formación?
Lo que nos parece muy interesante y una gran oportunidad es poder tener un contacto directo y exclusivo con hombres y mujeres con trayectorias tan destacadas, de primerísimo nivel. Si a esto le sumas el clima de confianza que se genera en las sesiones, en las que es posible comentar muchas cosas de la actualidad económica y de los retos empresariales, pues se acaba creando un espacio de formación y aprendizaje perfecto y una gran red de contactos que, además, permanece. Con los asistentes a la primera edición tenemos una comunidad en la que compartimos permanentemente temas, ideas y enfoques.
El programa aborda temas tan variados como las funciones del consejo, la estrategia o los criterios ASG. ¿Qué área cree que representa un mayor desafío?
El gran desafío es el cumplimiento de las obligaciones normativas tan exigentes que han recaído en los últimos años sobre las compañías en materia social, ambiental y de buen gobierno y que esto sea visto no como un gasto, sino como una inversión, un plus y un aspecto diferencial que genera más valor e incluso lleva a alcanzar mejores resultados. Siempre recuerdo una expresión que decía mi padre: al final, ser honrado es rentable. Y es así. Creo que las empresas empiezan a ver que hacer las cosas bien, con ética y coherencia, las hace más rentables y sostenibles. Poner sobre la mesa estas cuestiones y reflexionarlas en conjunto es algo de altísimo valor. Otros programas pasan por ellas de puntillas, pero en nuestro curso es un tema en el que insistimos mucho.
¿Cómo visualiza el buen gobierno corporativo en el futuro más inmediato?
En nuestro entorno físico actual, el de las empresas gallegas, va a haber que abordar muchas sucesiones de empresa familiar, las segundas y terceras generaciones ya empiezan a plantearse el relevo. Y deben hacerlo, además, en un mundo global y altamente competitivo, donde el tamaño y la escalabilidad del proyecto es un elemento crítico, donde retos como la innovación y la incorporación de tecnologías profundas al propio negocio van a un ritmo frenético que a veces es difícil de asimilar. Aquí hay mucho que debatir, tomar conciencia y buscar soluciones en equipo, independientemente de ideologías, tamaños de empresa o sectores. Nosotros, con este programa, intentamos aportar nuestro granito de arena.