Cinco asesores del primer ministro británico, Boris Johnson, han dimitido en un lapso menor a 48 horas, lo que ha añadido más presión al 'premier', cuyo cargo está en entredicho por la polémica suscitada por las fiestas en Downing Street durante la pandemia, mientras que otro diputado conservador se ha sumado a las voces que piden una moción de censura en su contra.
La asesora Elena Narozanski ha sido la última en dimitir, después de que Munira Mirza, una de sus asesoras más antiguas, abriera la veda. Mirza ha dimitido por el uso que Johnson hizo de una difamación contra el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, en relación al caso de un pedófilo llamado Jimmy Saville. A ella le han seguido Dan Rosenfield, Martin Reynolds y Jack Doyle, todos ellos implicados en el escándalo de las fiestas, según ha recordado la agencia de noticias PA Media.
La prensa británica ha informado de que Johnson ha pronunciado un pequeño mitin a sus empleados este viernes y les ha dicho que "el cambio es bueno" --una frase extraída de la película El Rey León--, al tiempo que él y su equipo han reconocido que su cargo se enfrenta a una época "de retos". Un portavoz del Ejecutivo, citado por la BBC, ha agregado que Johnson ha hecho hincapié en el "privilegio" que supone trabajar en el número 10 de Downing Street.
Mientras, el número de diputados 'tories' que ya han solicitado una moción de censura en contra de Johnson sigue creciendo. Este viernes, Aaron Bell ha confirmado que ha pasado a engrosar esta lista. Bell, que ya había criticado a Johnson a cuenta de las fiestas la semana pasada, ha indicado a través de su cuenta en la red social Twitter que la posición de Johnson es "insostenible".
Según la cuenta de la BBC, 17 diputados conservadores ya han presentado sus solicitudes al líder del Comité 1922, Graham Brady. Se necesitan al menos 54 para activar el mecanismo.
El informe de Sue Gray sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia de COVID-19, publicado de forma parcial el lunes, concluye que el Gobierno de Johnson incurrió en "fallos de liderazgo y juicio", al tiempo que ha incidido en que el comportamiento del Ejecutivo en torno a las reuniones "es difícil de justificar". Johnson se ha disculpado, pero no ha mostrado intención de dimitir.