El Partido Socialista (PS) francés anunció este martes que suspende las negociaciones con el Gobierno para la aprobación de los presupuestos de 2025 después de que el primer ministro, François Bayrou, asegurara que hay regiones del país "sumergidas" por la inmigración.
El empleo en una entrevista el lunes en el canal LCI del término "sumersión migratoria", el mismo que ha utilizado desde hace más de 30 años la extrema derecha francesa, le ha valido al jefe del Gobierno duras críticas de la izquierda y el portazo de los socialistas, cuyos 60 diputados son clave para la supervivencia del Ejecutivo.
"Si usted gobierna con los prejuicios de la extrema derecha, acabaremos gobernados por la extrema derecha y usted será cómplice", denunció el portavoz parlamentario socialista durante la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional.
Posteriormente, su partido anuló su participación en una reunión prevista con el Gobierno para tratar de encontrar un terreno de entendimiento sobre los presupuestos de 2025.
Sus votos son fundamentales para aprobarlos y para garantizar la continuidad del Ejecutivo sin contar con el respaldo de la extrema derecha.
Bayrou, que esperaba el respaldo de los socialistas para sacar adelante las cuentas, trató de matizar sus palabras en esa sesión de control parlamentario.
Afirmó que con la expresión "sumersión" se refería a la situación en el departamento de Mayotte, una isla francesa en el Índico donde la mitad de la población es extranjera y una cuarta parte sin papeles, esencialmente procedente de las vecinas Comores.
Pero asumió haber recurrido a la expresión "sumersión", y consideró que otras regiones del país también están sometidas a una elevada presión migratoria.
"No son las palabras las que son impactantes, son las realidades", indicó el jefe del Ejecutivo, que también recibió críticas de otros partidos.
El líder del PS, Olivier Faure, señaló en las redes sociales que Bayrou "retoma las palabras de la extrema derecha" que, dijo, "no apuntan a los irregulares, sino a todos aquellos que proceden de un origen diferente".
La extrema derecha acogió de forma favorable las palabras de Bayrou y le instó a actuar para detener la "ola migratoria" con medidas reales como recortar la ayuda médica a los clandestinos.
En su entrevista de este lunes en LCI, el primer ministro explicó que la inmigración es positiva "hasta un cierto porcentaje" pero que "cuando la población tiene la impresión de que hay una sumersión, de que no reconoce su propio país, su modo de vida y su cultura, entonces genera rechazo".