La Unión Europa acordó ayer por unanimidad un primer paquete de sanciones contra Rusia por la “agresión” a Ucrania. En la misma línea, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció la imposición de la primera ronda de sanciones económicas contra Rusia, con el objetivo de aislar a Moscú del sistema financiero occidental.
“Este es el principio de una invasión a Ucrania. Así que voy a comenzar a imponer sanciones como respuesta”, aseguró el presidente estadounidense en un discurso desde la Casa Blanca.
Las sanciones se producen poco después de que Rusia reconociese la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.
Además, Biden anunció que autorizó el envío de soldados estadounidenses a los países bálticos (Lituania, Estonia y Letonia), en respuesta a los movimientos de Rusia en Ucrania.
Por su parte, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, anunció con orgullo que los 27 se pusieron de acuerdo en golpear en un primer momento a aquellas personalidades u organismos que de forma más clara llevaron al reconocimiento de la independencia de Donetsk y Lugansk.
Entre los primeros objetivos de la UE figuran los 351 miembros de la Duma rusa que tomaron esa decisión, además de otros 27 individuos y entidades que contribuyeron a la misma, pero no está el presidente, Vladimir Putin, a quien la Unión Europea responsabiliza de haber colocado a Europa al borde de una guerra.
Las sanciones de la UE apuntan a objetivos políticos, pero también militares, a los responsables de la desinformación y a intereses económicos.
La Unión Europea quiere cerrar el grifo de la financiación del Estado ruso en sus mercados financieros, para que “los responsables de la agresión a Ucrania sientan las consecuencias de sus actos”, indicó Borrell.
A esas sanciones se suma la decisión de Alemania de bloquear la certificación del gasoducto Nord Stream 2, una medida reclamada a Berlín por otros socios comunitarios y que Borrell agradeció porque, afirmó, “amplifica el mensaje de unidad”.
El jefe de la diplomacia reconoció que “se podía haber ido más lejos”, pero destacó la rapidez con la que se asestó este primer golpe a los intereses rusos, menos de 24 horas después de la agresión, en un encuentro informal de ministros de Exteriores improvisada en pocas horas aprovechando que todos ellos participaban en París en una reunión sobre la relación de la Unión Europea con la región Indopacífico.
Mientras tanto. el Parlamento ruso formalizó ayer el reconocimiento de la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y autorizó el envío de tropas rusas al Donbás, pese a las condenas y sanciones de Occidente.
Tanto la Duma rusa (Cámara Baja del Parlamento) como el Consejo de la Federación (Senado) aprobaron por unanimidad los tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con los territorios separatistas, menos de 24 horas después de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, reconociera su independencia.
Lugansk y Donetsk ratificaron poco antes en sus respectivos parlamentos los tratados, que les permitirán recibir ayuda económica y militar de Rusia.