Más de 8.000 personas se apostaron a última hora de la tarde del domingo a ambas márgenes de la conocoda como cuesta de A Mámoa para seguir las evoluciones de los 39 bólidos inscritos en el “Jran Prix de Carrilanas” de la Festa da Dorna de Ribeira. Así se pudo comprobar con un rápido recorrido por el circuito y a la conclusión de la prueba, observando la marea humana que descendía por la calzada. Había muchas ganas de ver esta prueba puntuable para la Copa da R.e I. después de dos años sin disputarse a caua de la pandemia derivada de la Covid-19. Entre las carrilanas más vistosas estuvieron el “Faro de Olveira” de la peña Pinto pinto jorjorito y cuya altura hizo que no pudiera pasar por debajo del arco de la meta sino por un lateral, el camión de reparto de gasóleo de “Resol” de As navallas de Palmeira, el autobús de Arría o Jallo, el botellín de cerveza de Si sarjo me lirio, el vehículo del Dinosaurios Park de Os corsarios do Barbanza; el arca de Noé con infinidad de animales de peluche de De rape mental, el Jusano Rabudo o el “Penguin Village Police”. También hubo adelantamientos vertiginosos en los últimos metros como el de la “Tabeironeta” de Tabeiróns caralludos al taxi A Jalerna.
También se pudieron ver bólidos que tuvieron ciertas complicaciones, como el de la peña Pedra Pateira, al que le rompió una rueda unos metros antes de rebasar la línea de meta e impactó contra la base del arco de la meta, que no cayó y se pudo reparar. Luego se pudieron volver a ver algunas carrilanas que repiten la misma estructura de ediciones pasadas. De igual modo, algunas de las participantes en esta actividad puntuble para la Copa da R.e I. pusieron a prueba su punta de velocidad, mientras a otras les costó bastante recorrer el kilómetro y 200 metros del trazado del circuito, algo que hizo que hasta los spikers Jota y Fran se quedasen sin palabras para explicarle al público lo que estaba pasando. Como anécdota, un ciclista se coló en el circuito que estaba convenientemente vallado para garantizar la seguridad.