El belén municipal ribeirense ha cambiado muchísimo respecto al de la pasada Navidad. Si habitualmente ya no se parece en nada el de un año con el del siguiente, en esta ocasión lo es por partida doble o triple. Por un lado, incorpora un nuevo elemento central, sobre el que basculan o giran otros de sus elementos. Se trata de una montaña que recrea el volcán Cumbre Vieja, que desde hace casi doce semanas entró en erupción en La Palma, y en el que se puede ver una de las coladas descendiendo por una ladera y que, en este caso, a diferencia de lo que sucede en la realidad en que llega al mar, alcanza el río.
El responsable del montaje de este nacimiento, Manuel Casais, monitor de carpintería de la UAD, indicó que con esa reproducción se ha pretendido hacer un homenaje a los niños de esa isla canaria. También señaló que el belén de Ribeira incorpora por primera vez piezas o imágenes móviles. Son una decena de figuras que reproducen a representantes de oficios tradicionales, como un alfarero, un redero, una cestera y un par de pastores, pero también se dota de movimiento al tobogán con niños, a una taberna y al propio portal. Este último, a diferencia de otros años, ya incluye la figura del Niño Jesús, y no se espera hasta la noche del 24 de diciembre para colocarlo, pues está integrado en todo el mecanismo. La evolución es importante, pues hasta entonces lo único que se movía era el cauce fluvial.
Casais, que lleva más de dos décadas instalando el belén de Ribeira, destacó que ha contado con la implicación de cinco usuarios o pacientes de la UAD, al igual que ha sucedido con el que se instaló en el atrio de la iglesia de Aguiño, y que también contó con la colaboración de los jardineros municipales, que se encargaron de poner las plantas a modo de árboles, y operarios de la brigada de Obras e Servizos, que se encargaron de instalar la estructura metálica y acristalada que protege el belén. Y anunció que para el año se van a seguir puliendo cosas y su pretensión es incorporar nuevas piezas móviles. Ahondando en la idea de que cada vez es un belén distinto, Casáis indicó que al desmontarlo cuando acaba cada Navidad la única forma de hacerlo es destruyéndolo, y todo ese material se recicla para el montaje del año siguiente. En esta ocasión, también se utilizaron media decena de troncos procedentes de la limpieza en playas de Sálvora realizada por usuarios de la UAD durante el campamento de trabajo desarrollado el pasado verano.