La sección compostelana de la Audiencia Provincial condenó a un ribeirense al pago de una multa de 3.960 euros por abusar sexualmente de una vecina el 23 de julio de 2019, dentro del ascensor del edificio en el que vivían él y los padres de ella. La Sala, que tuvo en cuenta la agravante de abuso de superioridad, también le impuso la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de la víctima, de su domicilio y de sus padres, así como del lugar de trabajo de ella, y de comunicarse con su víctima durante 4 años. Además del pago de las costas judiciales, deberá abonar a la afectada una indemnización de 5.000 euros por daños morales y los 44 días de curación por ansiedad reactiva que se le diagnosticó, así como el tipo de abuso, la edad de la víctima y el grado de afectación en su estabilidad emocional y psíquica.

Los magistrados, que dieron credibilidad a la acusación de la víctima por su sólida declaración sin contradicciones, respaldada por circunstancias probatorias y declaraciones periféricas, relatan en la sentencia que el sospechoso, aprovechando que la perjudicada subía con él en el ascensor de su edificio, le pidió que le diese un abrazo, a lo que ella accedió “por ser conocidos desde hace muchos años y mantener una relación de amistad y vecindad desde hace muchos años”. En ese momento, según la resolución, “la agarró fuertemente por las nalgas, le mordisqueó en la zona del cuello y le lamió el lóbulo de la oreja derecha, al tiempo que intentaba darle besos, hasta que su vecina lo apartó con los brazos, momento en que la víctima consiguió salir del ascensor”. El acusado reconoció el abrazo y un beso en la frente, pero negó que le cogiera el culo y le diera un mordisquito en la oreja, y atribuyó lo ocurrido a un malentendido. La Audiencia se decantó por la multa en lugar de por una pena de 1 a 3 años de cárcel en atención a la ausencia de antecedentes penales en el acusado, el alcance del abuso, las consecuencias sobre la víctima y que tiene más de 70 años.