El próximo 6 de febrero se cumplirán ocho años desde que Ángela Vidal Franco, vecina del lugar ribeirense que ella misma indica que se denomina Viña do Campo, presentó un escrito en el registro general del Ayuntamiento de Ribeira para que se reparase el vial que comunica los lugares de Xarás y Deán Grande, a la altura del crucero de Santa Clara, pero señala que todavía no se ha actuado. Esa pista atraviesa por el núcleo de casas, en una de las cuales reside ella, y cuyos habitantes se sienten perjudicados por esa situación en unos tiempos en los que el Gobierno local está apostando por la accesibilidad.
Los afectados advierten que esa demanda no ha sido atendida desde comienzos de 2015 y los baches se han ido haciendo más grandes durante todo este tiempo, por lo que le solicitan al Ejecutivo local que proceda a reparar su pavimento, pues sostienen que no tienen otra forma en condiciones apropiadas para entrar y salir del lugar donde se ubican sus viviendas. Señalan que el vial continúa hasta el crucero de Santa Clara, pero no pueden pasar con sus vehículos, sobre todo en un tramo que, según dice Vidal, es muy estrecho. Indica que lo que sucede no es ya que no pasen dos vehículos a la vez, algo que ven imposible, sino que sólo puede acceder uno y que no sea muy ancho.
Se refiere a un punto concreto en el que en uno de los márgenes hay un muro de piedras y al otro una vivienda en estado ruinoso en donde el ancho apenas llega a los dos metros. Por ello, propone que el Concello realice las gestiones para adquirir la parte de la propiedad privada que sea necesaria para que el vial tenga la anchura suficiente para favorecer la circulación rodada, pues de no ser así sólo podrán entrar y salir pasando por una zona llena de baches en A Conlleira.
Igualmente, le piden que se acometa el desbroce de la vegetación de ambas márgenes del vial y que no sólo se haga en uno. Indicaron que en el lado donde no se retira la maleza que invade la calzada hay semienterrado un cable, que está pelado o con cables al descubierto en algunos puntos, con el que algunas personas pudieran estar robando el suministro eléctrico. Señalan que con anterioridad ese cable iba por el aire pero, después de caerle un pino encima y derribarlo, discurre prácticamente a ras de suelo.