Un proyecto fin de carrera sobre usos híbridos en el polígono industrial de A Tomada es finalista a los Premios COAG de Arquitectura

Se trata de un trabajo fin de máster que busca proponer una mejora al problema del parque empresarial pobrense, del que indica que “existe como un elemento asilado” y que “sólo parece relacionarse con la autovía”
Un proyecto fin de carrera sobre usos híbridos en el polígono industrial de A Tomada es finalista a los Premios COAG de Arquitectura
Maqueta del proyecto fin de máster desarrollado por Laura Pena Cristóbal

Un trabajo de Laura Pena Cristóbal sobre usos híbridos y fitodepuración en el polígono industrial de A Tomada, en A Pobra, aprobado hace algo más de dos años, es uno de los tres finalistas en la categoría de proyectos fin de carrera de los XXI Premios COAG Arquitectura. Así lo dio a conocer el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia al desvelar la relación de los finalistas. Se trata de un trabajo fin de máster que busca proponer una mejora al problema del parque empresarial pobrense, del que indica que “existe como un elemento asilado” y que “sólo parece relacionarse con la autovía”.


Pena Cristóbal plantea como objetivo recoger el agua de la lluvia y conducirla al punto más bajo del polígono industrial pobrense, para limpiarla mediante fitodepuración y devolverla finalmente al cauce original del río, dando servicio a la zona de cultivos que sobrevive bajo el polígono, consiguiendo así que el polígono industrial pueda dar servicio al polígono agrícola. Según señala la autora, la intervención parte del centro del parque empresarial, peatonalizando el eje hacia el mismo, en cuyo centro transcurre el canal que recoge las pluviales de todo el polígono, hasta la primera balsa de agua. “Hay 4 balsas de fitodepuración escalonadas sobre la topografía existente y una última, ya limpia, que puede usarse como piscina”, señala. 


Además, se considera la reforestación del parque con especies propias como ameneiros, vinculados al ciclo de agua.El programa se resuelve con dos piezas que, bajo la misma idea, se escalonan en busca de adaptarse al terreno y recogen aguas al interior. “Generan una plaza intermedia, con una parte cubierta y otra que se asoma a la vaguada del polígono. Además, en el sótano de la cafetería está el tanque de tormentas de apoyo a la fitodepuración”, indica Laura Pena.

 

Necesidades de sus usuarios

El proyecto parte del estudio de los usuarios, con la relación que mantienen los vecinos de la zona limitada al “atajo”; los transportistas llegan y se marchan y deben emplear estaciones de servicio para aparcar o hacerlo en algún margen del polígono industrial, y los empleados de las fábricas llegan en sus coches directamente a cada nave. Plantea un acceso peatonal hacia A Pobra para mejorar la relación de los vecinos con ese recinto; facilitar la llegada de los trabajadores a pie, bicicleta o en la línea de bus, y generar espacios de estancia con beneficios directos en el día a día de los usuarios del parque empresarial.

 

El proyecto de fin de máster de Pena Cristóbal señala que, a nalizando los ciclos de los transportistas, se pueden adivinar las necesidades que pueden tener dentro del polígono industrial sin olvidar uno de los servicios más demandados por los camioneros: aparcamiento con vigilancia. Con esta base definimos el programa de nuestra intervención de usos híbridos: zona estancial/recreativa, aparcamiento camiones, zona de descanso para los camioneros, usos administrativos vinculados a la infraestructura del polígono, espacio coworking, y sala de reuniones.

 

La intervención propuesta en este proyecto parte del centro del parque empresarial, peatonalizando el eje hacia ese recinto, en cuyo centro transcurre el canal que recoge las aguas pluviales de todo el polígono, hasta la primera balsa de agua. "Se suceden cuatro balsas de fitodepuración escalonadas sobre la topografía existente y una última, ya limpia, que puede usarse como piscina. El siguiente paso sería devolverla al cauce natural, abasteciendo los cultivos que sobreviven bajo el polígono, y que el polígono industrial pueda dar servicio al polígono agrícola", detalla el proyecto.

 

Fitodepuración

"La fitodepuración consigue depurar el agua con balsas cuya profundidad de agua oscila entre 60 y 80 centímetros, siendo menor en el punto de entrada y con una pendiente que no debe ser mayor al 1%. En el fondo de la balsa está el lecho filtrante, donde irán las plantas, eligiendo especies que se adapten al Barbanza. Las pluviales del polígono industrial de A Tomada vendrán cargadas de aceites y espumas, además de poder encontrar algúnelemento sólido. Por lo tanto, tendremos un tratamiento completo que arranca con un filtro que pare los sólidos de mayor tamaño a la salida del caz, un tanque de tormentas
y las cuatro balsas correspondientes a cada fase", detalla el proyecto de Launa Pena.

 

La formalización de la propuesta responde a las condiciones del terreno, dimensionando las balsas y el tanque según los datos de precipitaciones, y a las conexiones de la llegada de peatones desde A Pobra al polígono de Tomada. En las inmediaciones de las balsas de fitodepuración se plantea la renovación de la
explotación forestal actual, compuesta por pinos, eucaliptos y ameneiros, siendo este último un símbolo de resurrección y equilibrio. "El programa se resuelve en dos piezas que se escalonan como las balsas que acompañan. El edificio más próximo a las fábricas es el que recoge la zona de trabajo, con administración y coworking, mientras que el otro, adentrado en el parque y asomado a la primera balsa, alberga la cafetería y los dormitorios para trabajadores", señala el proyecto.

Un proyecto fin de carrera sobre usos híbridos en el polígono industrial de A Tomada es finalista a los Premios COAG de Arquitectura

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