La alarma generada por el vertido de millones de pellets plásticos en el litoral de Ribeira, principalmente entre el tramo ribeirense de la playa de Espiñeirido y el faro de Corrubedo, provocó que las autoridades locales reaccionasen nada más tener conocimiento de lo ocurrido. Después de que entre el martes y el miércoles varios particulares recogieran en la orilla varias de esas bolsas cargadas de microplásticos para llevarlas hasta la zona alta de los arenales a donde no suele llegar la marea, en la jornada del jueves se puso en marcha un operativo para proceder a su recogida.
Dos vecinos, un trabajador de la empresa Urbaser, cuatro efectivos del Grupo de Atención ás Emerxencias Municipal (GAEM), otros tantos voluntarios de Protección Civil y dos personas que realizan en dicha agrupación trabajos en beneficio de la comunidad para cumplir condenas se movilizaron por el amplio tramo de costa para proceder a la recogida y retirada de los sacos. Se llevaron la sorpresa de que había más recipientes de los que inicialmente se indicaron, pues bastantes llegaron con la última marea y se encontraban en la orilla.
A mayores, el mar siguió arrastrando cientos de miles de pellets plásticos que se diseminaron por el mar al romper sus recipientes, posiblemente al impactar con las rocas, en donde se acumulan, al igual que sucede en la arena de las playas. Para empezar a retirar esos micropláticos, en la tarde de ayer acudió un empleado de la empresa concesionaria del servicio de limpieza para recogerlos, algo que tuvo que hacer usando una escoba, para evitar recoger también mucha arena, y barriendo los pellets hacia una pala para luego introducirlos en bolsas de basura. Pero, la superficie afectada es muy amplia para una persona sola, además de que el mar sigue arrastrando microplásticos, por lo que se apunta la necesidad de organizar grupos en varios días para desarrollar esa labor.