Los vecinos de las parroquias A Riberiña y O Conchido, con el apoyo de los de otras zonas de A Pobra e incluso de otros municipios cercanos, se manifestaron ayer para exigir el derrumbe de Hadasa. La convocatoria, que reunió a “preto de duascentas persoas” tal y como señaló Samuel Domínguez, presidente de la asociación vecinal, recorrió las calles de la localidad con el objetivo de pedir a las diferentes administraciones (Concello, Xunta y Costas) que lleguen a un acuerdo para eliminar las “ruinas” de esta antigua empresa. “Despois de vintedous anos de promesas incumplidas e de tempo no que non se conseguiu nada o que pedimos e que se senten a falar todos e se derrube Hadasa”, comentó tras la concentración Domínguez. 

El portavoz vecinal señaló que actualmente existe un “choque de interese entre todas as administracións, a pelota vai duns a outros, pero a protesta non vai en contra de uns ou de outros”, sino que, lo que buscan es una solución consensuada entre todos los agentes implicados para lograr eliminar los restos de la antigua harinera.
 

A los problemas habituales que los vecinos achacan a esta fábrica relacionados con su estado de abandono - incendios o desprendimientos - , Domínguez señala que ahora ha aparecido uno mayor: el de los vertidos. 

 “Non se vai coñecer a gravidade do problema ata que non se levante e se sepa de onde vén ese vertido”, señala el presidente de la asociación de vecinos de A Ribeiriña - O Conchido. 

Lo que tiene claro Domínguez es que las palabras de la Conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez que relacionan el vertido con un posible sabotaje “parécennos unha tomadura de pelo”. Así, quiere dejar claro que los vecinos de la zona “non temos nada que ver”.
 

Esta movilización, indica Domínguez, es solo la primera ya que, señala, los vecinos de las parroquias continuarán luchando  y movilizándose hasta que consigan el derrumbe de esta fábrica que “está en ruinas”.