El Belén del Hotel Os Pazos es todo un clásico de la Navidad cambadesa. A los más puristas les puede incomodar que sobrepase los más estrictos estándares del sota, caballo y rey; o niño, mula, pastores y Magos, en este caso. Pero nadie puede negar que le sobra corazón. Cada año, Carmelo Fernández le añade “guiños”, como él mismo les llama, y que no son más que referencias a entidades que aportan a la sociedad como el Refugio de Animales o la fundación Galiciame. Pequeños homenajes a colectivos como Teatro Caracol y la comparsa de jóvenes “Los lunes al col”, “porque sempre animan o Entroido”, explica el hotelero. Pero también los hay particulares, a personas que “o están pasando mal por algún motivo e por ter un detalle con elas, de reconfortalas”. Y este año hay uno nuevo y muy especial, dedicado a tres amigas que atraviesan juntas una situación difícil y que cobran vida en su peculiar Portal como Las Charlies. “Todas para una y una para todas”, es el lema que les acompaña.
Conseguirlo reconforta a Fernández: “Cando cho agradecen... Iso vale moito”. Y esto en seguida resuelve la pregunta que se plantea cada año, cuando se planta ante las cajas llenas de bártulos que crecen de Navidad en Navidad: “Por que me meterei eu nisto?”. La pereza también dura poco por que dejar de hacerlo sería un chasco para los vecinos que estos días ya se agolpan en su escaparate de Eduardo Pondal. El éxito es tal, que hasta le prestan figuras y el caso es que el Belén ya supera los 20 metros de superficie y dentro de poco el salón del establecimiento será insuficiente. Pero aún así, sigue abierto a la participación: “Se me traen figuras eu búscolles o seu sentido sen problema”. Porque, como ya dijimos antes, aquí hay mucho corazón y detrás hay historias como las de un matrimonio asiduo veraneante de Cambados y que, cuando falleció el marido, la mujer y una hija le pidieron que pusiera una figura de su propiedad porque le recordaba a tiempos felices de la familia al completo, celebrando estas fechas tan emotivas. Así, hasta hay elementos llegados del extranjero; de Perú, de Portugal e incluso de Angola, por parte de unos jóvenes participantes en el Arosa F7.
No faltan tampoco emblemas cambadeses como la Torre de San Sadurniño y además, la familia ha contado este año con la colaboración de Begoña Costa, toda una artesana del trabajo floral que muchos conocen por las alfombras del Corpus y que le ha dado “o seu toque, co seu bo facer”.
Los dinosaurios y los vaqueros e indios que tanto asombraron en ediciones anteriores también vuelven a visitar al Niño Jesús de Os Pazos. En este caso, el guiño es a la infancia, “a eses xogos de antes” y que tanto conectan con la ilusión que los niños siempre tienen por montar el Belén en estas fechas. De hecho, todo empezó hace más de 20 años y por otro famosísimo Nacimiento que también rompió las reglas establecidas: el de Valga. “Rompeu os esquemas e entón empecei a pensar en facer eses guiños, ¿por que non?”, lanza su artífice.