No es habitual que un grupo político proponga suprimir sus propios sueldos. Eso es justamente lo que llevará al Pleno del próximo viernes el BNG de A Illa. La propuesta, eso sí, va más allá de sus propios salarios, ya que también pasa por suprimir otro en las filas socialistas y reducir el del alcalde, Luis Arosa.
En concreto, el grupo que lidera Manuel Suárez propone a la Corporación eliminar su propio salario (39.500,02 euros anuales) y suprimir también las dos liberaciones parciales (de 15.000,02 euros anuales cada una): Una de la nacionalista Laura Castro y otra de la socialista Rosi Viana. En el caso del alcalde, Luis Arosa, quieren que el salario de 39.500,02 euros pase a 30.000.
Las medidas de recorte que plantean los nacionalistas siguen con una reducción de las dietas o gastos por asistencia de los concejales no liberados a las sesiones de los órganos colegiados municipales. Así, pasarían de cobrar, por asistencia al Pleno, de 110 a 100 euros; y a las juntas de gobierno y comisiones informativas, de 70 a 60 euros.
Finalmente, las asignaciones anuales a los grupos políticos también se verían recortadas de prosperar la propuesta: Cada grupo pasaría de cobrar 1.200 a 1.000 euros como componente fijo anual, mientras que la parte variable (la que ingresan por cada concejal logrado en las elecciones) pasaría de 30 a 20 euros.
El Bloque justifica esta propuesta porque, tras entrar al gobierno local, “atopámonos cunha situación financeira peor da que se nos dicía”. “Unha débeda elevada e unha falla de liquidez preocupantes. Cerca de dous millóns de euros de débeda a longo prazo e unha póliza de crédito esgotada de máis de medio millón de euros que tivemos que renovar”, indican.
Recuerdan, además, que quedan por delante “inversións importantes que non se poden demorar”, como la EDAR y el saneamiento. Esto se une a que consideran que “o esforzo que lle pedimos aos veciños tamén ten que ser correspondido pola nosa parte”.
También reafirman desde el Bloque que “estamos en política por convicción e non por interese” y, así, justifican que, en cualquier caso, ninguno de sus dos ediles liberados “pasamos a cobrar máis do que cobrabamos nos nosos respectivos traballos”.
Mientras, su socio de gobierno, el PSOE, guarda silencio, como ya había ocurrido en varias de las acometidas críticas de su compañero de bipartito. Queda por ver qué ocurrirá en el Pleno del viernes ya que, aún en el supuesto de un voto no favorable del PSOE a la propuesta, si el PP se suma a esta aspiración del Bloque, esta podría terminar aprobándose, lo que dejaría un escenario inusual en este tipo de pactos políticos.