Las obras de la Praza de Fefiñáns han vuelto a destapar restos de interés arqueológico y en esta ocasión con la relevancia de que podrían solventar una vieja incógnita. Aparecieron en la calle San Benito, en uno de los laterales de la iglesia, y se trata de una piedra de cantería, trabajada, y que podría ser parte de uno de los arcos suprimidos en la plaza. Así lo indicó el concejal de Patrimonio, Liso González, tras recibir una primera impresión del arqueólogo y con toda la cautela, a falta de una datación y un análisis más pormenorizado.
Hace mucho tiempo que se indaga sobre el número de arcos, con que si había tres o cuatro. Existe una acta de la corporación municipal de 1842 donde se ordena el derrumbe de tanto “la muralla como los dos arcos que dan salida a la calle opuesta a la principal por la parte de poniente” para facilitar el tránsito en esta plaza, cuando era escenario de un importante mercado semanal, y hoy queda en pie el arco-puente de Rosalía de Castro.
El propio González hizo mención a la existencia de la hipótesis fundada de que llegó a haber este tipo de estructuras en todos los accesos y de que uno estaría en este de San Benito, en la esquina de la casa de los Rovira, así que “o máis lóxico é pensar que se pode tratar dunha pedra pertencente ao arco. Parece un elemento construtivo e ao mellor quedou aí cando se desmontou”. De hecho, indicó que habría “documentación histórica” que lo certifica y “vese un chaflán feito en pedra na igrexa que sería de onde arrincaría”.
En 2018 pasó algo parecido, pero en Rúa Real y con las obras para enterrar el cableado. Aparecieron unos muros estructurales, pero se cubrieron sin más investigación sobre si podría ser otro de los arcos, para estupor de muchos historiadores.
El edil espera recibir el informe del experto que está realizando el control arqueológico de las obras para tomar decisiones, para saber si “ten relevancia suficiente para ver se, nun futuro, é interesante abrir máis a zona cara ao templo”, por si hubiera más restos del mismo o simplemente es una piedra suelta. No obstante, reconoció que sería “complexo” y algo a decidir con mucha seguridad, pues por indicios “habería que levantar todo Fefiñáns”, añadió.
Durante la ejecución de este proyecto, en el que se recuperó la escalinata de la iglesia derribada en los años 70 y que incluye mejoras en el sistema de saneamiento en el entorno, ya aparecieron restos de la antigua carretera de Gondar y también un muro antiguo en Rianxeira, que al final pertenecían a un alpendre y no a una casa. González también indicó que este nuevo hallazgo no interrumpirá los trabajos, que, calcula, estarán terminados esta semana; en lo que es la primera gran reforma urbana de Fefiñáns del último medio siglo.