El Concello celebrará los días 20,21 y 22 su primera fiesta “Cambados Histórica”, que trasladará a la localidad a los siglos XVI y XVII, momento de auge del mercado que se celebraba en Fefiñáns y que fue uno de los más importantes de la comarca. Para ello, la decoración y ambientación renacentistas se extenderán desde la emblemática plaza hasta las principales calles del centro y se ha pedido a la hostelería su implicación con vestimenta de la época e incluso algún menú especial. El epicentro será precisamente un mercado de artesanía con una veintena de puestos que emule aquel y se completará con animación musical de calle y nocturna, con un espectáculo de fuego y luces, malabares, etc., así como exposiciones de cirugía medieval y máquinas de asedio y talleres de elaboración de harina o de trabajos en piel, entre otras actividades lúdicas y participativas.
El concejal de Cultura, Tino Cordal, explicó que la pandemia truncó sus planes de celebrarla antes y que su intención es hacerlo de manera “profesional”. Por ello, han contratado a la empresa Hípica Celta, con experiencia en citas como la Festa da Istoria de Ribadavia, entre otras, incluso fuera de la comunidad, como explicó ayer uno de sus responsables, Darío Escudero.
La asociación Zona Centro también participa y su presidente, Juan Rey, cree que será “moi bo” porque “vai dinamizar o comercio e a hostelería” en unas fechas más bajas en cuanto a turismo. De hecho, “ten que haber unha simbiose e unha cooperación para que sexa un éxito”, añadió Cordal, en referencia a la petición de implicación, incluso vendiendo vestimentas adecuadas para que los propios vecinos se animen. Porque además, la cita nace con vocación de continuidad.
La referencia es el mercado que se celebraba en Fefiñáns y para ello se siguen investigaciones realizadas por historiadores y conocedores del pasado cambadés como Sindo Mosterio y Maribel Iglesias. Se desconoce la fecha exacta de inicio, pero Mosteiro explica que la primera “referencia certa” es de 1674, de un escrito del jesuita Tirso González de Santaya , al que le llamó la atención la cantidad de gente que había: sobre unas 600 personas, calculaba, y eso “nun día baixo porque era moi importante e chegaba a congregar a máis persoas”.
Lo que tiene claro el historiador es que se trató de un privilegio otorgado por el rey a la familia propietaria del Pazo, los Valladares Sarmiento, cuando se hicieron con el señorío de Fefiñáns a finales del siglo XVI. De hecho, Juan era consejero de Felipe II y cobraban por la instalación de puestos, como hace hoy el Concello. Es más, cree que su momento álgido pudo tener lugar en el siglo XVII porque en 1598 se reconstruyó el principal acceso a la villa desde otros lugares: el puente de Pontearnelas, derruido tras unas tremendas riadas, en 1567, y que estuvo 30 años derruido.
La última vez que se celebró el mercado semanal en Fefiñáns fue en los años 40 de nuestro siglo, aunque “nos anos 60 a xente que traía mercancías a Cambados aínda tiña que pagar por pasar pola porta” de la plaza. Cabe recordar que estuvo cerrada por los cuatro costados, con los arcos de los que hoy solo se conservan dos. En esa cita se vendían, entre otros productos agroalimentarios y telas, desde cecial (pescado curado) hasta las famosas ostras escabechadas de Cambados, que incluso se exportaban. Había artesanos –muchos en los soportales– dedicados exclusivamente a fabricar los barreños donde se transportaban.