La compra y conversión del asilo privado de Cambados en una residencia pública es una cuestión que pone de acuerdo a gran parte de la sociedad cambadesa y más de 200 personas secundaron esta mañana la concentración del Concello, quien asegura que la única posibilidad de cumplir este deseo es que la Xunta se implique asumiendo la mayoría de los cuatro millones de euros del precio de venta, por ostentar “as competencias en atención social e por capacidade económica”.
Al lleno en la explanada de la escalinata de San Tomé se sumó un pequeño gesto a las puertas de la propia residencia, pero con tanta fuerza o más. Algunas trabajadoras y usuarias sostenían una modesta e improvisada pancarta donde se podía leer un mensaje dirigido a una congregación establecida desde hace un siglo en la villa –antes en Torrado–: “No os vayáis hermanas, Cambados os necesita”.
Fueron las voces de los principales afectados por la situación de incertidumbre que viven 60 mayores y el casi centenar de personas en que algunas fuentes cifran el número de empleados. Como otros han dicho antes y censurado, hasta el punto de crear una plataforma de afectados, no saben nada, tampoco las monjas que les atienden.
Nieves Álvarez lleva tres años con ellas y solo tenía buenas palabras: “Todo está muy limpio, la comida es muy buena y nos tratan muy bien, no se puede pedir más. No queremos irnos del pueblo, queremos seguir con las mismas personas”, lamentaba, serena, pero entre lágrimas.
El mismo gesto de angustia cruzaba la cara de la hija de esta toledana, quien asentía cuando su madre refería que ella tiene familia, pero “tenemos gente encamada y personas que no tienen a nadie, que no tiene a donde ir” porque “aquí puede venir cualquiera”, añadía una empleada. Y es que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados también atienden a personas sin recursos y se mantienen a base de pagos de los que pueden aportar, donativos de toda clase y herencias. Aunque se desconoce cuánta gente hay en esta situación en la Valvanera, la orden argumentó en su día que le resultaba inviable mantener el servicio ante la caída de las vocaciones y un aumento, por tanto, de contrataciones externas, más el encarecimiento de la vida en general.
De hecho, aunque también ha sido crítico con el Arzobispado de Valencia, por el precio de venta y otras cuestiones, el Concello siempre ha reconocido su labor y consideración por esperar a una oferta pública que no ha sido capaz de encauzar. Por ello, su protesta no incluyó menciones a la propiedad y su pancarta intentaba ser lo más aséptica posible con un sencillo “Non ao peche do asilo”, para alejarla también de signos políticos, aunque fueran dirigentes de la izquierda local y de otras localidades quienes la sostenían.
No obstante, el cuatripartito tampoco ocultó el espíritu de la convocatoria: “Aínda estamos a tempo. O responsable da inmobiliaria comenta que non teñen ningunha oferta en firme interesante, así que tócalle á Xunta mover ficha”, declaró el alcalde, Samuel Lago. También volvió a insistir en que optaron por la “presión social” por obligación, “tras esgotar todas as vías diplomáticas posibles”, dijo recordando el no en el Parlamento, pero sobre todo el silencio de la Consellería de Política Social y del propio presidente autonómico a sus peticiones de una reunión.
Siempre ha habido cierta desesperación con esto, pues lo atribuyen a su color político y el socialista dijo que “o único que nos queda é que Rueda deixe de ser presidente”. “Están facendo partidismo e electoralismo, aínda que sexa para gañar aos maiores, non a nós”, protestó su socio de Somos, Tino Cordal. Ahora esperan “reacciones” y si no, “intentariamos elevar a presión”, avanzó Lago.
Poco ha ayudado que el PP de Cambados anunciara hace unos días que estaban trabajando con el gobierno autonómico a nivel partido y de manera “discreta”. El grupo de Sabela Fole siempre ha pedido que la compra la haga el Ayuntamiento y hoy fue la ausencia esperada, pero le cayeron acusaciones de “intentar desmobilizar” a los vecinos para que “non asistiran”, pero “o pobo pasa de ameazas”, apuntó el socio del BNG, Liso González. De hecho, los tres se mostraron satisfechos con la respuesta de la concentración, considerando que la cifra podría ser mayor de 200 y en todo caso “bastante representantiva do sentir do pobo”.
El cuarto, José Ramón Abal Varela (Pode), no se puso tras la pancarta y en su día se abstuvo en la moción que sus compañeros leyeron a modo discurso de la concentración, pero aseguró estar en la misma línea y también cargó contra los populares: “Hoxe tiñan que estar aquí, vólvense a equivocar, e a Xunta está actuando moi mal”. No obstante, cree que también se debería tocar al Gobierno central.
El Ayuntamiento de Cambados considera que la compra del Pazo de Montesacro también es una “oportunidade” para abrir sus instalaciones exteriores al disfrute de los vecinos, además de por su valor patrimonial y arquitectónico, pero sobre todo para mantener la única residencia de mayores y hacerla pública, también para el resto de O Salnés, porque no hay: “En 14 anos non se fixo ningunha”, reprochó Lago. De hecho, aunque no es su primera opción, mantiene su Plan B y su ofrecimiento de comprar los terrenos para construir una nueva.