La meteorología se portó mejor en la segunda jornada de la campaña de la vieira en Arousa, pero la flota se está llevando un chasco. Hay recurso, pero no mucho del tamaño casi exigido por los mercados –11,5 centímetros– y aunque ayer salió la treintena de barcos autorizados y anotados, el tope volvió a quedar en las tres toneladas, mil kilos por debajo del autorizado. Así las cosas, si la situación no mejora, la Cofradía de Cambados no descarta solicitar a la Consellería do Mar un cambio de zona de trabajo para la próxima semana.
Lo seguro es que la producción va a tener compradores. Aunque el tirón de ventas llegará a partir de la próxima semana, los primeros pedidos salieron ayer de su empresa, Porto de Cambados, con destino a restaurantes y depuradoras de Galicia, mayoritariamente, además de algún particular que se dejó caer por su planta de Tragove, donde el ritmo de la treintena de operarios era frenético para eviscerar las tres toneladas que le entraron del lunes, su capacidad máxima de procesado. Les gustaría que hubiera más vieira de tamaño extra, la más demandada por la restauración, sin embargo, sobre el 75 % es mediana. No obstante, su gerente, Javier Milleiro, destaca la calidad “está moi ben de vianda e tamén de coral, que é máis difícil nesta época”.
Este año el precio del producto ya en origen “será un pouquiño máis caro” reconoce, pues a la subida de los costes de la vida en general hay que sumar el aumento de la retribución a los marineros hasta los seis euros el kilo –el mismo motivo manda–. No obstante, “sempre se intenta axustar segundo o tipo de pedido”, matiza.
Las ventas en fresco en estas fechas siempre son muy positivas –a partir de enero decaen–; es un manjar tradicional para las fiestas navideñas. De hecho, tiene buenas expectativas con la campaña: “A verdade é que, egoístamente, esperamos que salga algo máis ante a escaseza e a suba de prezos doutros mariscos”. Pero además hay posibilidades de nuevos clientes. Milleiro está pendiente de un importante grupo portugués propietario de restaurantes y un distribuidor de productos gallegos en Valencia.
Por primera vez desde hace bastantes campañas, también se vende a otra empresa un 30 % de la producción. Se trata de Artesa Rías Baixas y una de sus socias es Mar Ambroa que, cabe recordar, fue gerente de Porto hace años. No ocultó cierto disgusto por que el lunes no se llegara al tope, lo cual les dejó 933 kilos, pero con su acostumbrado entusiasmo por este recurso, por “nuestra vieira gallega, con el característico sabor de nuestra ría”, también declaró que tienen esperanza de que la situación mejore. De ese total salieron 250 piezas grandes y no duraron nada en sus instalaciones del polígono Barro-Meis. En su caso, se han centrado “en crear una fuerte red de proveedores de productos gallegos fuera de la comunidad”, explicó, para destacar a continuación lo “positivo” de que actualmente haya tres empresas comercializadoras en la comunidad: “Así lograremos que la vieira gallega vaya copando el mercado mundial”.
Lo cierto es que el requisito del tamaño por parte de la restauración, que busca lucir una concha contundente en sus platos, está siendo un problema para esta campaña de cuatro toneladas de tope diario, mil kilos más que anteriores.
Los muestreos daban abundancia de molusco de esos 11,5 centímetros, pero en el mar, la flota se ha encontrado con que “non había tanto. De menor tamaño si, pero xa me trasladou que mañá –por hoy– vai ser complicado chegar aos 3.000 kilos”, lamentó el patrón mayor, Alejandro Pérez. De hecho, ayer aumentó el número de barcos incapaces de llegar a su cuota y por eso mañana se concentrarán en una parte con más posibilidades, según lo visto por algunos el lunes, y si no, no descartan pedir otra zona. l