El capitán de la fragata Shtandart se disculpó formalmente con las autoridades españolas por el conflicto vivido el sábado en A Illa, donde fondeó y fue expulsada, reconociendo el “no haber seguido los procedimientos habituales y no haber confiado en que podían ayudarnos”. No obstante, realizaron algunas matizaciones de las afirmaciones realizadas por la administración.
En primer lugar, justifican el haber apagado el AIS porque colectivos contrarios a Rusia “pedían que el barco fuera designado como objetivo militar por Ucrania” y este sistema de localización “nos ponía en riesgo (...) tenemos menores abordo”. También indicaron que no respondieron a sus llamadas porque al haber cambiado de bandera de conveniencia –de rusa a británica–, cambiaron el indicativo y, de hecho, luego le dieron el nuevo y “respondimos a todas las comunicaciones”, destacan.
Así, afirman que supieron de la orden de tener que marcharse cuando la Guardia Civil subió al barco, unas horas después de emitirse. También que estaban durmiendo cuando el helicóptero les advirtió de madrugada y además “los camarotes están debajo de la línea de flotación”. Insisten en que han cortado sus vínculos con Rusia y que solo luchan por la “supervivencia” de este proyecto educativo de navegación tradicional y “nos hemos visto atrapados en una situación injusta”.