La capilla del ya antiguo asilo de Cambados acogió este sábado una misa en agradecimiento a la labor que durante más de ocho décadas prestaron en esta institución las monjas de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
La liturgia estuvo presidida por el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, en una ceremonia con participación, igualmente, de buena parte de los sacerdotes de la comarca, como el párroco cambadés José Aldao.
La misa de este sábado puso el colofón a la semana en que se formalizó el anunciado y temido cierre del asilo cambadés, en el Pazo de Montesacro. Fueron 85 años de servicio, que concluyen ahora, tras el progresivo traslado de los 53 residentes, hacia otros centros que la congregación mantiene en Galicia. La mayoría, en la capital compostelana. Por el momento, el futuro inmediato del edificio es incierto, pero el parroco señaló el compromiso de que, sea quien sea finalmente el nuevo propietario, se conserve en cualquier caso el culto en la capilla del conjunto.
Tampoco está resuelto el problema de la falta de plazas geriátricas en la comarca, con un frío recibimiento de la propuesta de la Mancomunidade.