Los guardas rurales de A Illa de Arousa dieron ayer parte del resultado de un importante operativo contra el furtivismo mediante el cual aseguran haber identificado a un “grupo perfectamente organizado” que operaba en concesiones administrativas de diferentes cofradías de la ría arousana. Pero sobre todo, destacan el hecho de haber podido conocer a intermediarios y compradores, siendo el principal cliente, apuntan, “un conocido bar de Vilanova de Arousa cuyo propietario posee parques de cultivo en Carril”.
Detallan los agentes, que el dispositivo es fruto de una dedicación de tiempo y medios, en el que incluso participó la Guardia Civil, a la que agradecen su “plena colaboración”. Este incluyó efectivos uniformados y de paisano en las vigilancias y el empleo de “todos los medios” de que se dispone para poder identificar a toda la cadena: furtivos, controladores, intermediarios y compradores. De hecho, durante las vigilancias “se tramitaron diversas denuncias administrativas” a los que desarrollaban esos dos primeros papeles y “ahora queremos ir más allá”, indican los vigilantes de la Cofradía de Pescadores de A Illa de Arousa.
Su pretensión es extender las denuncias a intermediarios y compradores y “así conseguir una solución, dado que la mayoría de los que forman el grupo son insolventes”, añaden. De este modo, se cierra también el ciclo, pues para poner coto al furtivismo es fundamental que no haya compradores.