8º-15º
domingo | 24 noviembre | 2024
El Capítulo Serenísimo lleva medio siglo nombrando a nuevos embajadores del albariño y todo lo que ello supone: un sector económico, una forma de vivir... Ayer entraron cinco nuevos en nómina y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en calidad de Gran Mestre, les lanzó una advertencia sobre el juramento de defenderlo allá donde vayan: “Vai en serio, estaremos vixiando que cumprades”. A uno de los nuevos Cabaleiros, el abogado, economista y responsable de cargos en gobiernos como el de Leopoldo Calvo Sotelo, le quedó claro: “No es un reconocimiento de un día, es ser embajador de estos vinos y la cultura gallega por todo el mundo”.
Luis Sánchez-Merlo se encargó de dar el discurso en nombre de los nuevos distinguidos y lo hizo con un extenso repaso sobre los precursores en este cometido, dando muestra de un conocimiento detallado de su historia, con algunas anécdotas desconocidas para el público en general. Así, no faltó Manuel Fraga, al que calificó de “decisivo impulsor de la fiesta cambadesa y del sector”; Cunqueiro, que bautizó al albariño como el príncipe dorado; Cabanillas, “pionero en proponer a las bodegas que vistieran sus botellas para que “chegasen fermosas e elegantes aos mercados”; Castroviejo, Torrente Ballester y su albariño “sanador da morriña dos inmigrantes galegos”; o el Príncipe, hoy Rey Felipe VI y pasando por Sánchez Dragó –antes de venir a Cambados “prometió dar la tabarra a sus habitantes” – o Julio Iglesias.
También se acordó el nuevo embajador vallisoletano de allegados suyos ya desaparecidos, como Calvo Sotelo, que le contagió “su pasión por Galicia”. Asimismo dio cifras que dan cuenta de la importancia de la DO Rías Baixas. “Produce un 60 % del vino gallego, tiene más de 5.000 viticultores, casi 200 bodegas y exporta siete millones de litros al extranjero”, resumió.
El Cabaleiro fue uno de los que no dejó ni una gota de vino en la copa del ritual. Este se realiza a golpe de parra de albariño y brindis al público y respondiendo afirmativamente a la frase: “Xuras defender o albariño e telo como lexítimo señor de todos os viños do mundo cristián”.
Como siempre, el escenario fue el Patio de Armas del Pazo de Fefiñáns donde el calor siempre aprieta en este primer domingo de agosto. En esta edición tampoco faltó el resto de reconocimientos de la orden albariñense para distinguir a personas y entidades que apoyan y hace posible que la denominación siga cosechando éxitos.
En cuanto a la Folla de Prata:, la recibieron Josema Azpeitia Salvador (periodista gastronómico), Francisco Bello Bello (presidente de la Asociación Agraria Galega, Asaga), Hernando Gómez Buceta (viticultor de Condes de Albarei), Xosé Manuel Merelles Remy (director de la Axencia de Turismo de Galicia), Inés Castro Mougán (bodeguera de la firma Vionta), Laura Portas Núñez (periodista y escritora cambadesa que acaba de publicar su primera novela), Antonio Sanz Olmedo (Gran Mestre de la Confradía de Ribera del Duero) y Pitusa Vidal Cabanillas (nieta del “poeta da raza” y una de las grandes protectoras de su legado).
En el apartado de Albariñenses de Honra, los designados este año son la Confederación de Empresarios de Galicia (lo recogerá su presidente, Juan Manuel Vieites) y Canal Rías Baixas por “su gran apoyo al sector del vino”. Y en el de Xóvenes Albariñenses, que reconoce a elaboradores, viticultores, técnicos y miembros de firmas de la DO Rías Baixas, este año lo reciben: Miguel Alonso (bodega Caveiral, en el Condado de Tea), Susana Gulín Martínez (Altos de Torona, en O Rosal) y Eduardo Viéitez Martínez (Fefiñáns, O Salnés).
La bodeguera Myriam Vázquez es CEO de Bodegas Gallegas, a la que pertenece Rectoral do Umia, un grupo fundado por su padre hace 60 años y al que llegó en 2003 tras diferentes puestos en otras empresas dada su doble licenciatura jurídico empresarial. Pero desde pequeña había bebido de la tradición familiar y su incorporación supuso un antes y un después en la expansión internacional de la firma, con la creación de un departamento específico de exportación. Hoy llevan el albariño con DO Rías Baixas a 50 países. Ayer se comprometió a seguir defendiendo al “príncipe dorado”.
María José Gómez juro su cargo y reiteró uno de sus propósitos al frente de este departamento: “Frenar o abandono da terra e recoñecer o traballo do sector”, como señaló la presentadora del acto.
Ramón Villanueva era profesor, pero la prematura muerte de su padre le llevó de vuelta a la viticultura. Formó parte de aquella Agrupación de Colleiteiros de Albariño de Vilariño fundada en 1985 y que es el germen de la potente cooperativa Bodegas Martín Códax. De hecho, participó en su ampliacón desde diferentes puestos.
El presidente de la Diputación, Luis López, fue uno de los que no dejó ni una gota de la copa del ritual. Cree firmemente en el sector del vino y del agro en general como “motores económicos e de emprego de primeira orde”.
Luis Sánchez-Merlo ha ocupado diferentes cargos de responsabilidad en gobiernos e instituciones y ayer se comprometió con el espíritu albariñense aceptando el juramento a golpe de parra.
