Los pellets de microplásticos han llegado al Parque Natural de O Carreirón, en A Illa de Arousa. La alerta fue hecha pública por Greenpeace Galicia y confirmada a nivel local por el teniente de alcalde, el nacionalista Manuel Suárez.
Las diminutas esferas plásticas fueron detectadas el viernes, dispersas en la arena. El vertido aquí fue contenido y mucho menos extenso que los detectados en Ribeira en los primeros días, pero se suma a la lista de depósitos en Arousa, junto a O Grove y A Pobra. A Illa ya había registrado la llegada de un saco contenedor de pellets hace unos días, en la costa frente al Igafa.
Ante el avance de los depósitos de estos materiales en el litoral gallego, este fin de semana la iniciativa ciudadana ha ido en aumento, creándose diferentes grupos y comunidades en redes sociales y de mensajería, para coordinar limpiezas voluntarias en diferentes puntos de la costa. En Arousa constan ya varios de estos grupos y se han visto a voluntarios trabajando.
El BNG de A Illa, por su parte, ha convocado, también a través de redes sociales, una quedada abierta al público en general, con el objetivo de “recoñecer a costa”. La cita ha sido fijada a las 16 horas, en la entrada de O Carreirón. Invitan a todo el mundo a sumarse: “Cantos máis sexamos, mellor. Poden organizare grupos por outras zonas”.
Manuel Suárez valoraba que “queda en evidencia que as nosas costas están sometidas aos sinistros de empresas piratas e a Xunta e o Estado non exercen as súas competencias”. De hecho, cargó contra la respuesta del gobierno autonómico, como unos días antes ya había manifestado el alcalde, el socialista Luis Arosa.
Entretanto, sigue el tira y afloja sobre la supuesta responsabilidad, tanto entre la empresa de microplástico como la transportista y, por otro, entre ayuntamientos, Xunta y Estado. La Delegación del Gobierno confirmó hoy que Salvamento Marítimo informó a Gardacostas de Galicia de la llegada los pellets el pasado 20 de diciembre a las 18:30 horas.
Este Diario publicó el 15 y el 16 de diciembre la llegada de los microplásticos a la costa de Ribeira, el que hoy por hoy sigue siendo el primer caso publicado del que hubo constancia.