La presencia de la Guardia Civil bastó para que los asistentes a la rave celebrada este fin de semana en el monte Castrove se disolviese sin mayores contratiempos.
Al llegar al punto las varias patrullas alertadas por una gran fiesta con alrededor de una docena de vehículos, carpa, música y acohol, y tras entrevistarse con representantes del grupo, la fiesta se disolvió si más, confirman fuentes oficiales. No fue necesario identificar formalmente ni levantar acta de infracción alguna, pese a la alerta por una fiesta de estas características sin autorización previa y en las inmediaciones de la zona de protección de unos petroglifos.
Las mismas fuentes precisan que el origen de la celebración habría sido un cumpleaños. La situación llegó a motivar una denuncia pública de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego.