El temporal dejó hoy un saldo de incidencias mucho menor que en la jornada del sábado, aunque hubo que seguir lamentando daños materiales en algunos puntos de la comarca.
Es el caso de O Grove, donde el puerto de O Corgo amaneció con el dique flotante partido en dos. Algunos marineros señalan que la situación se había producido ya con anterioridad, al menos una o dos veces más hace unos años.
Las fuerza del viento y del mar terminó por romper algunos anclajes de la estructura, similar a la de un pantalán. Aún así, ninguna de las piezas causó daños a mayores en la flota al abrigo dentro de la dársena.
La estructura flotante fue instalada hace tiempo para aumentar la protección de las embarcaciones, especialmente en condiciones de vientos del este.
Por su parte, el río Umia sigue desbordando fuera de su cauce en algunos puntos, sobre todo coincidiendo con los picos durante las pleamares. Es el caso de la carretera a través de una zona de concentración parcelaria que conecta las localidades de Pontearnelas y Cabanelas.
Efectivos de Protección Civil de Ribadumia y de Emergencias Cambados mantienen cerrado el vial con un precinto, por precaución, ya que la crecida del río comienza inundando las fincas de la ribera y continúa sumergiendo la calzada, en su totalidad en algunos puntos.
El sábado, de hecho, tuvieron que rescatar un Mercedes automático que se había adentrado en el vial confiando en que la altura del agua era baja y que terminó averiado. Hubo de ser remolcado con un vehículo asistencial con ayuda de Protección Civil de Ribadumia y Emergencias Cambados, hasta sacarlo del agua, para, a continuación, ser retirado del entorno por una grúa.
Fuentes de emergencias lamentan que en esta zona entre Cabanelas y Pontearnelas, y a pesar de los precintos, fueron muchos los conductores que se saltaron la señalización, incluso rompiéndola, para adentrarse igualmente en la carretera inundada, con el consiguiente riesgo de quedar atrapados por el agua.
Durante el fin de semana fue constante el goteo de incidencias, con cierres preventivos de parque infantiles o zonas verdes con arboleda, caída de ramas, de tejas y recubrimientos de fachadas, daños en vehículos causados por elementos arrastrados por el viento y varias alertas relacionadas cona bajos anegados. Es el caso de un hotel en Pontearnelas.
En otros lugares como Vilanoviña, están ya resignados a la crecida del Umia fuera de su cauce en otoños e inviernos de mucha intensidad de lluvias, como está siendo el caso en estas últimas tres semanas.