Una vecina de Vilalonga ha interpuesto una denuncia y ha solicitado una orden de alejamiento contra su hijo por un presunto delito de lesiones. La mujer asegura que vive un calvario desde hace años y que es víctima de acoso y maltrato psicológico por su parte, además de acusarle de controlar completamente sus movimientos. Así, en 2019 interpuso una denuncia contra él, después de que le amenazase de muerte con un hacha y, por lo cual, pidió por primera vez una orden de alejamiento. Una solicitud que no le fue concedida, lo cual achaca a una mala defensa.

En aquel momento, el joven la amenazó, según declaró la denunciante, con un hacha y un puñal de pesca submarina que llevaba habitualmente en el vehículo, siendo requisada la primera de las armas por parte de la Guardia Civil. La denegación de la orden de alejamiento provocó que la mujer viva “con medo”.

En los últimos meses han sido dos las denuncias interpuestas por parte de la vilalonguesa contra su hijo; la primera, en abril, por, presuntamente, cambiar la cerradura de la casa de su madre. Sin embargo, afirma que la magnitud de los hechos empeoró el 29 mayo, cuando denunció haber sufrido una agresión por parte del hombre que presuntamente la habría echado de casa de su madre a patadas y tras agarrarla por el cuello, tirando posteriormente sus pertenencias a la calle. Tras los hechos, la denunciante llamó al 112 y se personó una patrulla de la Guardia Civil que le aconsejó acudir al PAC de Portonovo a realizar un parte de lesiones. Acción que realizó el siguiente día y en una ocasión posterior, apreciando en la segunda visita médica diferentes hematomas.

La mujer explica que no ha denunciado antes públicamente los hechos al no encontrarse en condiciones físicas y anímicas para hacerlo e implora una orden de alejamiento que le permita “vivir en paz”. Un calvario prolongado el que relata que le ha llevado a tener crisis de ansiedad e intentos de suicidio, reconoce.