La vendimia ha pisado el acelerador en la DO Rías Baixas. Esta semana se sumaron las bodegas que faltaban y después de tres semanas se han recogido 30.217.195 kilos. Desde el Consello Regulador indican que todavía es pronto para saber si se cumplirá la estimación de 41 millones porque algunas están reportando caídas de producción más elevadas de lo inicialmente contemplado. Con todo, el sector no se muestra preocupado pues la anterior campaña fue excepcional y se enfrenta a una normal en la denominación y sobre todo, con una uva en muy buen estado sanitario y con grandes cualidades para elaborar buenos vinos, destacando su gran potencial aromático.
Precisamente la bodega Pazo Baión subraya ayer que está siendo un año “excepcional” en este sentido, con un fruto “súper aromático e moi intenso”. Esto ha sucedido por una lenta maduración y gracias a unas condiciones meteorológicas favorables en el tramo final, con un agosto caluroso pero sin temperaturas extremas y con unos viñedos provistos de reservas de agua suficientes, con lo cual no ha habido estrés hídrico.
En su caso, han empezado más tarde respecto a otras firmas incluyendo la cooperativa Condes de Albarei, propietaria de esta histórica propiedad que aglutina 23 hectáreas de viñedos divididos en una decena de subparcelas que se trabajan individualmente. Y ha sido precisamente por esta particularidad que presenta: “A nosa filosofía sempre é ir un pouco ao límite, buscando ese momento óptimo de maduración de cada pequena subparcela, intentando arrancar cando consideramos que o tema aromático está na intensidade que buscamos, máis que o contido de azucre, que é importante, pero para nós é máis importante rebaixar un pouquiño esa acidez para obter o que buscamos na elaboración”, explicó su enóloga Andrea Obenza.
Asimismo indicó que se están encontrado con una uva en perfecto estado sanitario: “É un ano fantástico, é moi difícil atopar un só gran que poida estar afectado pola botrite”. Y en cuanto al resto de parámetros señaló que hay una “boa graduación alcólica probable e unha acidez moi equilibrada, co cal, apunta que a de 2024 ten que ser unha gran colleita”, añadió.
En general, la previsión es que la denominación de origen concluya la vendimia hacia finales de la próxima semana en función de las condiciones meteorológicas, pero en esta finca de Baión (Vilanova de Arousa) también irá mandando el estado de cada parcela, que los técnicos revisan a diario para ir moviendo por la extensa propiedad de 30 hectáreas a los temporeros contratados para la campaña y que son unas 60 personas.
Entre ellos hay trabajadores que entraron como parte del convenido firmado con el Plan Nacional sobre Drogas tras la compra del complejo –incluía la contratación de personas en programas de desintoxicación–, el cual ya está concluido tras sus 15 años de vigencia.
En cuanto a la producción, estiman en torno a un 10% menos que el año pasado debido a los problemas ocasionados por la lluvia en la etapa de floración. Una previsión que también aplican a Condes de Albarei, que cuenta con unos 400 cooperativistas que estos días se afanan en entregar las uvas en las instalaciones de la sede central, en Cambados, con un ritmo ya acelerado a estas alturas y que supone una entrada en bodega de en torno a 300.000 kilos diarios.
En Pazo Baión es más relajado y aunque la media suele rondar los 10.000, hay ocasiones en que baja incluso a la mitad porque se trata de una apuesta por las elaboraciones premium, destacando su vino de pago o de finca y que es su albariño buque insignia. Pero sin olvidar los crianzas, como Vides de Fontán, procedente de los viñedos de la parte más alta del predio, que ya “están collendo esas tonalidades rosáceas” que buscan, expuso Obenza. Y si las condiciones meteorológicas se mantienen estables, también habrá uva para una de las últimas incorporaciones, el “Gran a Gran”, producto de una vendimia tardía mediando la botritis noble y una pasificación parcial. La última remesa pertenece a la añada 2017.
Continuando con las previsiones, para el total del territorio Rías Baixas, el informe de estimación de cosecha presentado por el Órgano de Control y Certificación emitido en julio señalaba unos 41 millones de kilos, lo que supondría en torno a un 7% menos respecto a la anterior, que fue la más abundante de los 36 años de vida de la DO (casi 44 millones). Sin embargo, algunos elaboradores están trasladando que “está recogiendo algo menos de lo previsto”, indicaba ayer el director técnico del Consello, Agustín Lago. De hecho, hay firmas que hablan de un abanico de hasta el 20% menos. Con todo, añadía que “de momento es un poco prematuro” confirmar si finalmente se alcanzará esa cantidad .
El último dato, perteneciente a la mañana de ayer, señalaba que se habían recogido algo más de 30,2 millones de kilos y casi en su totalidad de las variedades blancas, mayoritariamente albariño. Posteriormente se dará paso a las tintas, cuyo ciclo vegetativo es más largo pero aún así ya se han recolectado 18.053 kilos.
El sector mira al cielo porque las previsiones anuncian lluvias para el fin de semana, lo que puede desbaratar la marcha tranquila de la campaña, que se está desarrollando a un ritmo bastante rápido debido al buen tiempo y, como es característico de esta denominación, con una recolecta a mano, recogiendo racimo a racimo.
Desde luego, los viticultores y bodegueros no esperaban llegar a una vendimia así después de un año complejo en lo meteorológico que resultó en una tasa de brotación del 92,7%, algo superior a la del año pasado, pero con una tasa de fertilidad inferior, con 2,2 racimos yema / brotados. A esto hay que sumar unas mermas que los técnicos del Consello sitúan en una media del 16% y más bien por corrimientos de flor por la lluviosa primavera y “en menor media por plagas y enfermedades, especialmente el mildiu larvado”, indican desde el sello de calidad.
Oficialmente, la vendimia arrancó el 27 de agosto y como siempre, de las cinco subzonas, las más madrugadoras fueron las del Condado do Tea y O Rosal.