lgunos medios de comunicación se dedican a desestabilizar la política pronosticando que Sánchez va a eliminar a los disidentes por opinar lo contrario. Estos medios de comunicación y tertulianos buscan embadurnar la vida pública para que sus patrocinadores lleguen al poder por caminos torticeros. Quieren vender a la opinión pública que las consideraciones contrarias a Sánchez van eliminar a los militantes del PSOE por opinar lo contrario que él.
En democracia hay líneas rojas que no se deben traspasar para no dañar los derechos de los demás. Opinar en libertad lleva aparejado la veracidad y la responsabilidad del que calumnia.
Cuando un medio de comunicación sustituye la ética profesional por motivos particulares es cuando se deteriora la convivencia y la democracia, poniéndose al servicio del mejor postor por motivos económicos para triturar la verdad. Tomás Jefferson, promotor y redactor de la Constitución de Estados Unidos y tercer presidente, defensor de la prensa, decía hace más de 200 años: “Si tuviera que tener un gobierno sin periódicos, o periódicos sin gobierno, no dudaría e preferir el segundo”.
Pero cuando Jefferson sufrió los ataques de la prensa, él mismo que había defendido su libertad le preguntaron qué opinaba de la misma y escribió varios artículos. Citaremos parte de uno: “Hoy en día no puede creerse nada de lo que publican los periódicos. La verdad misma se hace sospechosa cuando aparece en ese vehículo contaminado. Solo quienes están en situación de confrontar los hechos que conocen las mentiras del día pueden saber hasta donde llega ese estado de desinformación. Un hombre que jamás mire un periódico estará mejor informado que quienes los leen, por lo mismo que quien no sabe nada está más cerca de la verdad que quien tiene la mente repleta de falsedades y errores. La difamación se está convirtiendo en algo necesario para la vida, hasta el punto de que no puede digerir una taza de té por la mañana, o por la noche sin este estimulante. Hasta aquellos que no creen esas abominables las leen complacidos a sus oyentes, mostrando, en el lugar del horror y la indignación que debieran abrumar a una mente virtuosa, un placer secreto por la posibilidad de que alguien llegara a creerlas, aunque ellos no las crean. Parece que no se percatan de que el verdadero autor no es el que imprime, si no el que paga”.
Pasaron más de 200 años que Jefferson defendió la prensa y luego lo que opinó sobre sus consecuencias. Pero al día de hoy que añaden los medios audiovisuales y las redes sociales donde se vierten todo tipo de bulos y basura al alcance de cualquier mequetrefe .
Estamos tan saturados como confusos y lo malo es que ganan los malos. Todo producto debe tener garantía de calidad, los medios de comunicación con mucha más razón por afectar al interés general que ampara el interés particular de cada sujeto social.