in duda esa batalla tendrá su eco en la guerra entre los dos grandes partidos y politólogos darán vueltas y vueltas para llegar a distintas conclusiones. Es así y siempre fue así.
Aquí tenemos una escaramuza entre la Xunta y el Ayuntamiento por la intermodal con una traducción económica: quién y cuántos cuartos pone de su peto para llevar a cabo la obra. Otra trifulca en Ourense con el alcalde, otra vez, mostrando su catadura. Lo que sucede es que el PP orensano lo aguanta pues si cae el estrafalario Jácome se viene abajo la jefatura en la Diputación.
Por si fuera poco entre la delegación del Gobierno central y la Xunta se multiplican los reproches ante el asombro ciudadano. Y es que, dice en la delegación, que desde Compostela exigen la cogobernanza –o sea hacer las cosas bien y entre ambos poderes– pero que ellos no lo aplican. Haya paz por el bien de los ciudadanos, canastos.
Tienen la guerra a pie de portal los vecinos del Orzán que no piensan parar hasta que acabe el ruido nocturno.
Sigue “vivo” el problema de muchos usuarios de la línea Ferrol-A Coruña desde los cambios producidos pues dicen que hay más problemas tanto en los tiempos como en las rutas.
El gobierno gallego tiene que entrar en el debate y buscar, con ayuda de las partes, una solución para paliar la “ineficiencia” del nuevo plan.
Y desde otra esquina el BNG clama por una revisión de los protocolos en los hospitales “para dar un trato humanizado”.
De nuevo la ministra de Justicia acusa al partido popular del bloque de los populares impidiendo la renovación del Consejo General del Poder Judicial tras meses y meses de retraso. Los ciudadanos, que no somos parvos, tenemos nuestra opinión al respecto que deja en mal lugar a todo el sistema judicial.
En pie de guerra permanente tenemos al PP que pasea su discurso catastrofista por todo aquel que le quiere escuchar y al ritmo en que sus fieles bombardean desde los medios afines con toda clase de bulos. El penúltimo es su desembarco en Bruselas para criticar el reparto de los fondos europeo pese a que, según datos oficiales, son las autonomías donde gobiernan los populares las más beneficiadas. Otra prueba de que vale todo en Génova…