Eso toca ahora compañeros, que la cuesta de Enero es como los esfuerzos de los ciclistas, pero cartera en mano.
Y, al tiempo, hay que decir que tenemos “buenas nuevas” a la vez que tenemos las “pandemias” de turno. No está de más señalar con el dedo a los negacionistas, –cada vez más pesado– como a los que no cumplen las normas. Son de verdad, otra plaga.
Como saben ya pasaron por aquí los reyes –no confundir con el emérito que sigue a resguardo de los catarros en un buen clima– y como siempre hubo en el reparto más afortunados que otros. Tranquilos que para eso tenemos ahora las rebajas…y los cambios –de camisa, jersey, etc.– que no de políticos.
El año nuevo nos trae buenas nuevas para el viejo planeta por el que circulamos; las grandes potencias aparcan tensiones y prometen evitar la proliferación nuclear. Ciertamente es, a la vez, otro signo de cinismo: ellos tienen “el material” pero no lo quieren en casa de otros…
Desde el gobierno, su “ala más a la izquierda” promete avanzar en el programa social e invita a otros grupos a un repaso de la Constitución en capítulos tan importantes como los referidos a la vivienda, mejoras en la sanidad, educación, justicia, etc., capítulos imprescindibles para mejorar el país y sus ciudadanos….
De nuevo polémica con la señora de la balanza, la venda y la espada pues ya son muchas las voces opinando que la justicia no puede negar el protagonismo del Parlamento y del Gobierno en el despliegue de derechos (Juan Bandrés en El País)
Y en el horizonte un nuevo caso de corrupción con los populares como protagonistas –esta vez en Valencia y con Zaplana como responsable – mientras los juicios de la Gürtel y del Emérito piden sitio en los medios de comunicación.
La causa sobre Juan Carlos I, y pese a la que está cayendo, puede acabar archivado lo que no quiere decir que eso suponga un final feliz. Eb la otra esquina del tablero político ¿?, el futuro del caso Andalucía y los ERES con Chaves y Griñan como investigados está a punto de bajar el telón y el caso Púnica, dinero en B para la campaña electoral de Aguirre. El dos mil veintidós empieza como discurrió el año anterior: la corrupción que castiga a este viejo país, donde la mayoría de sus ciudadanos asumen, pedaleando, la cuesta de Enero.