Los personalismos y la intolerancia debilitan el proyecto que se le ofrece a la ciudadanía en Madrid y Galicia, eso hace que gane las elecciones el PP sin muchos méritos. Sabemos que en democracia la discrepancia y el debate positivo es bueno para mejorar la buena gobernanza. Pero cuando estos debates se convierten en peleas personales para conseguir el poder dentro del partido ya es negativo para la organización y por ende a los ciudadanos. Las malas artes de personas dentro del partido perjudica los intereses generales. Es tendencia del que tiene poder que se cargue al rival y llame a los cuadros intermedios para que pidan su dimisión.
En Madrid desde el golpe que dieron dos diputados del PSOE que supuestamente se vendieron a mafiosos afines al PP para salir presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hace más de 20 años, nunca más se repuso el PSOE, a pesar de las corrupciones habidas que tuvieron los (5) presidentes del PP de la Comunidad. Lo que demuestra la incapacidad de los socialistas de Madrid por divisiones internas y cambios de candidatos cada vez que perdió las elecciones.
En el PSdeG-PSOE de Galicia pasó lo mismo. Eligen un candidato a secretario general (van 12), y acto seguido le están haciendo la cama para descabalgarlos. Por el contrario el PP y BNG en los mismos años solo cambiaron los candidatos (3) cada uno. Por eso el PSdeG cada vez va a menos por divisiones internas y ansias de poder no disimuladas no dándole tiempo al candidato a rematar el proyecto ofrecido a la ciudadanía. En vez de mandar ilusión a la opinión pública, mandan líos. Vemos como alguno se mete en los partidos para resolver su vida personal al no conseguir un trabajo privado. Son los peores porque su objetivo es alcanzar el poder al precio que sea atacando a quien se lo impida.
Tenemos el ejemplo de Abascal. Estuvo viviendo de los chiringuitos del PP, y cuando la presidenta Cifuentes se lo quitó fundó Vox. Y así muchos otros en los demás partidos como muchos conocemos.
Los partidos de izquierda tienen que ser honestos y más eficaces que las derechas. Un solo corrupto de izquierdas con cargo institucional tiene efectos demoledores para el partido, y sus votantes le castigarán, mientras los votantes de la derecha perdonan su corrupción. Hemos visto como fueron reelegidos altos cargos políticos y alcaldes corruptos de la derecha por sus votantes.
Por eso es obligado que la izquierda sea ejemplar y honesta si quiere retener el poder. Por la derecha hay menos partidos y por la izquierda hay más. Hemos comprobado como la unión de la izquierda en 1982 el PSOE arrasó con 202 diputados lo que nunca consiguió la derecha.
Ahora debieran estar más unidos que nunca ante la actitud de las derechas amparados con algunos jueces poniendo la lupa, o el microscopio sobre los partidos de izquierdas como pasó con Podemos con docenas de querellas que acabaron con ellos y luego quedó en nada por falta de pruebas, pero los bulos pudieron más. Ahora le toca al PSOE por mirar para otro lado antes. Ahí tenemos a Peinado que accedió a juez por cuarto turno, en 1994, modalidad que sacó el gobierno socialista por una justicia más progresista. Este juez salió lo contrario, al tramitar querellas políticas con recortes de prensa haciendo investigaciones retrospectivas prohibidas, hasta ahora, por el Supremo, como lo está haciendo a la mujer del presidente. Si a este juez se le investigara con carácter retrospectivo, seguro que se le encontraría algún delito.
Una vez más vemos como la derecha desvía la atención del caso de la pareja de Ayuso y el presunto delincuente Mazón por no asumir sus responsabilidades el día 29 de la Dana en Valencia, y la única dimisión recayó en el secretario general y portavoz del grupo parlamentario del PSOE de la comunidad autónoma de Madrid, mientras ellos se van de rositas. Está triunfando la porca justicia política.