En las últimas semanas había observado, al hablar con personas relacionadas con Ferraz, cierto nerviosismo por las encuestas que publicaban algunos periódicos, en las que el PSOE, sin desplomarse, no dejaba de perder porcentajes en intención de voto.
Menos mal que ha venido la encuesta Tezanos, del CIS, caracterizada por su objetividad, y de un manejo de datos tan prístino, que se estudiará en el futuro en las Facultades de Sociología.
El PSOE se mantiene fuerte, el partido más votado, mientras el PP, lógico, retrocede. Tranquilos, pues. Pedro Sánchez volverá a ganar las elecciones.
Está claro que las encuestas, como el resultado de un partido de fútbol, provoca diferentes reacciones según se sea forofo de un equipo o de otro. Y habrá quién le pondrá reparos a la encuesta Tezanos, pero es que Tezanos, aunque hasta ahora no haya acertado nunca, ha sido debido, no a su profesionalidad en las encuestas, sino a que varían las circunstancias, unos pocos días antes de las elecciones, lo que, injustamente, le proporciona un halo de desconfianza.
Pero seamos objetivos. ¿A quién le importa que los secesionistas se pasen las sentencias judiciales por el arco del triunfo, colocado en el hueco entre sus piernas? ¿Quién se conmueve porque a una familia, padres de un niño de cinco años, les amenacen con apedrear su casa? ¿Quién va a cambiar su voto porque en la inversión del dinero nuestro –de los contribuyentes– se reparta a Cataluña cuatro veces más que a Madrid?
¿Conoce usted a algún español al que le moleste que un antiguo secuestrador, como Otegi, sea considerado un hombre de paz?
¿Ha protestado alguien porque un antiguo asesino forme parte de la dirección de un partido político legal, en el que nunca se han condenado los cientos de asesinatos cometidos por su “ejército de verdugos”, denominados con misericordia “gudaris”?
¿Conoce usted a algún español que se haya ofendido, porque los secesionistas del nordeste se consideren una especie superior por el mero hecho de nacer allí, y que el resto seamos inferiores, una especie de africanos retrasados, intentando progresar?
Pues tranquilos, paisanos. Sánchez repite. Y nos lo merecemos.