El Concello de Catoira quiere rehabilitar y poner en valor sus tres drakkars para utilizarlos como reclamo y completar su oferta dentro del turismo relacionado con el “Mundo Vikingo”. Así lo anunció el alcalde, Xoán Castaño, que subrayó que Catoira debe aprovechar la historia de los asentamientos del pueblo vikingo en la villa. 

La idea del grupo de gobierno es recuperar las embarcaciones municipales para poder organizar experiencias, actividades y proyectos con valor cultural abiertos al público. El primer paso en este sentido será destinar fondos del Plan Concellos de 2023 que habían quedado por utilizar del anterior mandato para rehabilitar el drakkar “Torres de Oeste” (de 17 metros de eslora y 2,85 de manga). En estos momentos ese barco precisa una importante labor de mantenimiento de la estructura y las tablas para seguir siendo funcional tanto para la Vikinga cómo para otros usos, según destaca el ejecutivo. Así, está ya redactándose un proyecto de mejora para hacer los trabajos de reparación dentro del primer semestre del próximo año. 
 

Con esa embarcación ya arreglada, el Concello de Catoira tendría la disposición los tres drakkars municipales que tiene en propiedad: el “Torres del Oeste”, el “Ardglass” y el “Frederikssund”. La intención es “pechar o círculo” y aprovecharlos para completar la oferta existente en el Concello en relación al mundo vikingo, creando así una nueva fuente de ingresos que hasta ahora no está explotada. Subraya Castaño que se pueden organizar pequeños cruceros y rutas haciendo que salir a navegar en los drakkars sea una gran atracción.

“Queremos ofrecer experiencias novas, rutas vikingas polo Ulla e pola costa que completarían o que xa hai agora en Catoira”, apuntó el nacionalista. En este sentido, Castaño recordó que este año el Concello ya alquiló un drakkar para la película ‘“El cautivo” de Amenábar, así como para el evento Cádiz Fenicio 2024, lo que demuestra el interés y la capacidad turística que despierta este universo vikingo y su huella en la villa. El Concello forma parte, además, de la asociación “DVA Follow the Vikings”, un camino cultural europeo formado por más de sesenta socios de dieciséis países que se unieron para desarrollar un destino turístico sin fronteras alrededor del universo vikingo y que celebró un congreso en la villa.