Aquellos que ya peinan canas lo recuerdan por su sonrisa eterna detrás de la barra de El Corsario, un negocio hostelero de la noche vilagarciana que hace ya décadas triunfaba entre los amantes del rock y de la música más canalla. "Porri" -como todos lo conocían en la capital arousana- fallecía en Madrid dejando amigos que lloran su pérdida y que recuerdan aquellos años en los que Vilagarcía era la cuna de la "movida". En El Corsario - como recuerdan los que lo conocieron- se gestaron propuestas culturales muy interesantes como el "Asalto Rock", un festival rockero cuyo cartel se conformó por nombres que más tarde siguieron en el mundo de la música. También regentó el Áncoras, en la avenida da Mariña, manteniendo ese mismo espíritu que atraía a la clientela de siempre.

Bajo el abrigo de ese mítimo pub de O Castro se editó incluso el Semanario Corsario, de tirada independiente y fuera de circuitos formales. Era gente que amaba la música y que vivía por la música. En El Corsario - que tenía su propio merchandising- destacaba la decoración e incluso algunos dicen que llegó a vivir en él una pitón. En el perfil de Facebook del negocio su descripción reza así: "A garito-gorida virtual da xente que ten lume no peito. Unha lareira pixelada onde os vellos corsarios contan e cantan batallihas e aventuras (as que se poidan contar)".

En aquel entonces todavía se fumaba en los locales hosteleros y aquellos amigos que en ese bar se juntaban para fumarse un pitillo lloran ahora la muerte de "Porri", que inició ya su última travesía corsaria.