Los colegios de Arousa y su zona de influencia cuentan con sesenta comedores escolares y cerca de cinco millares de usuarios. De estos, la mayor parte, más del cuarenta por ciento, son gestionados por las ANPA, pero son los que dependen directamente de la Xunta los que atienden a un mayor número de niños, un total de 3.535, que representan más del setenta por ciento.
En cuanto a comarcas, la de O Salnés, con más 2.175 alumnos que acuden a los comedores escolares (hay algunos centros de los que no hay datos) es la que tiene un mayor número. Sin embargo, es también la comarca con una mayor población y, en términos relativos, es la de Ulla-Umia la que muestra una mayor implantación de este servicio. Así, por ejemplo Valga cuenta con 282 comensales, solo doce menos de los que tiene un concello mucho menos poblado como el de Cambados. Y es que no es el poblacional el criterio que se impone. Sí en casos como Vilagarcía, el concello más grande de toda Arousa, con 900 comensales e implantación del comedor, que cada vez llega a más a centros. Pero otros municipios pequeños como Meis, en O Salnés, o Boiro, en O Barbanza, cuentan en sus centros con 306 y 445 comensales, respectivamente. Cabe destacar que, en estos datos, no aparecen los colegios concertados, que en la mayor parte de los casos también tienen comedor.
Los comedores de la Xunta tienen los precios congelados desde hace diez años, destacan desde la Consellería de Educación que incide en que es uno de los servicios “máis equitativos”, ya que el ochenta por ciento van gratis o solo pagan un euro. “Cada curso servimos un total de 62.000 menús diarios, é dicir, once millóns de menús ao curso, investindo cada día 300.000 euros en prestar este servizo, uns 55 millóns” por año escolar, en el conjunto de la Comunidad autónoma. En el caso de la Ría de Arousa y su área de influencia, en los comedores que gestiona la Xunta se sirven un total de 622.160 menús por curso. Además, la Consellería realiza convenios con los concellos que gestionan comedores y cuenta también con una línea de ayudas destinadas a las ANPA para este servicio.
La administración autonómica puso en marcha en 2022 un plan contra la obesidad que tiene en los niños uno de sus principales focos, con la prevención como táctica. Para ello, los comedores escolares, tanto los que dependen de la administración autonómica como los que no (que también deben seguir unas pautas) son vehículos importantes de concienciación, tal y como señalan en la memoria del plan, que se establece un marco periódico de ocho años para lograr su meta.
Así, en el apartado de “abordaje” del plan se recoge “regular la oferta alimentaria de los comedores colectivos”, evaluando la calidad nutricional de los menús y desarrollando una propuesta de buenas prácticas, entre otras iniciativas.
Pero en este ámbito ganan peso los comedores escolares, al entender el plan autonómico las escuelas como aliadas necesarias para la promoción de la salud y siguiendo el modelo de la red de centros de la Organización Mundial de la Salud.
Es en este punto una acción básica garantizar la calidad nutricional de la oferta alimentaria en el entorno escolar, donde los niños pasan una buena parte de su tiempo, que se agranda en el caso de los usuarios del comedor escolar.
Acciones que se completan, por ejemplo, con medidas para reducir la presencia de bebidas azucaradas en las cafeterías o máquinas de los centros escolares, en este caso de los de Secundaria, con la realización de auditorías por parte de inspectores de Salud Pública; así como elaborar guías técnicas para programar los menús.