La octava edición de los bonos Son da Casa está a punto de finalizar y todavía quedan sin gastar 3.830 tiques, entre los de diez y los de cinco euros. De salida fueron 15.000 los editados, distribuidos en 3.750 paquetes de cuatro bonos cada uno. Esto significa que hoy, a cinco días de que expire su validez, aún hay 27.515 euros de los 112.500 totales sin invertir.
A este respecto, el Concello recuerda que en esta ocasión no habrá prórroga posible, a diferencia de en anteriores campañas: El que no gaste sus bonos antes del 1 de enero, perderá tawnto el dienro invertido (veinte euros por pack) como la aportación de las arcas municipales (diez euros más).
Según se desprende de los datos de la plataforma municipal de venta, estrenada precisamente con esta nueva campaña de Son da Casa, las compras de moda (15,6 por ciento), juguetes (13,3%) y librería (12,6%) lideran con diferencia el ranking de los usos que los vilagarcianos dan a los bonos. Solo las compras en tiendas de deporte se asimilan a estos números (9,8 por ciento), porque después ya descienden notablemente en sectores como alimentación, zapaterías, electrodomésticos, etcétera. Llama la atención que los bonos gastados en hostelería solo fueron 444 (3,9 %), mientras que los destinados a estética, por ejemplo, llegaron a 663 (un 5,9%).
Con esta nueva campaña, la octava desde su primera edición (que coincidió con el final de la pandemia para animar a la economía local) son ya 112.500 euros los que inyectaron las arcas municipales en la red comercial de Vilagarcía. "Isto significa que dede entón e ata hoxe, por iniciativa do Concello, coa complicidade de toda a cidadanía e a implicación de comerciantes e hostaleiros, puxéronse en circulación 900.000 euros", señalan desde Ravella.