No hay una fórmula escrita para que la Festa da Auga sea inolvidable. Siempre se dice que, en compañía, las celebraciones se viven mejor y buena muestra de ello son las peñas que –año tras año– ponen el color a un evento tan multitudinario.
La Festa da Auga nació de forma espontánea y nació de la mano, precisamente, de las peñas de San Roque. De ahí que estas –con otras generaciones ya luciendo las camisetas– sigan siendo parte esencial de la celebración.
Si algo tiene de bueno la Festa da Auga es que une a generaciones, que la pueden disfrutar desde los más niños hasta los más mayores y que es un evento que –nacido en base a la celebración religiosa de la festividad de San Roque– ya la ha trascendido de largo. La diversión se pasa de padres a hijos, de abuelos a nietos y de los vilagarcianos que la han vivido desde siempre a aquellos que deciden visitar la localidad para gozarla por primera vez. Esos, seguramente, repetirán en ediciones venideras.