La Unión Europea acaba de dar el visto bueno para que la empresa estadounidense International Paper compre a su firma rival en el sector –la británica DS Smith– por un valor de 5.800 millones de libras equivalentes a 6.846 millones de euros. Eso sí, con el compromiso de vender activos para hacer frente a los problemas de competencia. Con esta operación –tal y como ya se había dicho– International Paper pretende impulsar su presencia europea en el sector del papel y los embalajes en el proceso de consolidación de la industria.

Según han señalado desde la Comisión Europea la empresa estadounidense se desprenderá de cinco de sus plantas en Europa, pero esta medida no afectará en todo caso a la fábrica que está en Vilagarcía y que es la antigua Lantero, en el polígono de O Pousadoiro. Tampoco a Cartogal, ubicada en el polígono de A Pobra en el margen norte de la Ría de Arousa. Sí hay tres plantas en Francia, una en Portugal y otra en otro punto de España.

Cabe recordar que la prensa económica especializada, en concreto Investing, publicó que la papelera habría ofrecido ciertas concesiones a la Comisión Europea para obtener su visto bueno a la compra de la compañía británica de paquetería.

La fábrica de Vilagarcía en ningún momento estuvo sobre la mesa para un posible cierre, dado que es una de las más rentables del grupo.

Fase final

La compra de DS Smith por parte de International Paper lleva meses fraguándose. De hecho fue en el mes de abril –hace casi un año– cuando se dio a conocer el interés de la estadounidense por la firma británica. DS Smith es un gigante que ya en el año 2019 aterrizó en Arousa para hacerse con la empresa familiar Lantero y –años después–con Cartogal.

La oferta en el mes de abril sobre el grupo británico fue de 6.790 millones de euros, mediante un intercambio de acciones.

Lo que está claro es que con el fin de esta operación International Paper consigue un mayor protagonismo en el continente europeo, especialmente en el sector de los envases sostenibles. Tras el visto bueno de la Comisión Europea la sanción final corresponde al Tribunal Europeo.

Como siempre ocurre en operaciones de este tipo la intención de compra por parte de la estadounidense se vio con cautela en las fábricas arousanas, que ahora respiran tranquilas porque no van a tener afectación directa.