No hubo sorpresas y Alberto Varela cogió –por tercera vez consecutiva– el bastón de mando que lo convierte en alcalde de Vilagarcía. El acuerdo ya alcanzado hace días entre PSOE y BNG le garantizó una investidura tranquila, en la que no hubo nervios ni suspense pese a que los votos se emitieron en urna y a sobre cerrado. Los nueve ediles socialistas y los dos del BNG apoyaron la candidatura de Varela que, al no ser la lista más votada, necesitaba sí o sí a los nacionalistas para poder gobernar. Los nueve del PP apoyaron a Ana Granja y Fajardo se votó a sí mismo. La sesión se inició con puntualidad británica a las doce del mediodía y el protocolo y el hecho de ser un total de 21 concejales lo prolongó hasta bien pasada la una de la tarde. Tras recibir el mayor apoyo de los miembros de la Corporación Varela recogió el bastón, juró su cargo y se dirigió a un atestado salón de plenos haciendo suyas las palabras que hace 90 años escribió Elpidio Villaverde, alcalde de izquierdas y republicano de la localidad. “De esquerdas ou de dereitas hai un nexo que une: a paixón pola súa cidade, o orgullo de pertenza a esta Perla de Arousa”. La alegría de ayer en el salón plenario no era la de hace cuatro años con Varela con una mayoría absolutísima. A ello se refirió el alcalde incidiendo en que “nos quixeron mandar unha mensaxe... mensaxe recibida e dende logo asumida”. Agradeció al grupo municipal del BNG “a súa responsabilidade e xenerosidade para facilitar que, como no resto de Galicia e en xusta reprocidade co PSOE, aquí poida constituírse un goberno de progreso”.
Quizá consciente de las críticas que suscitaron determinadas decisiones en materia de movilidad Varela hizo referencia a que “todo cambio implica, en principio, unha resistencia, para logo co paso do tempo asumir que a decisión era a correcta. Así pasou coas peonalizacións e así pasará, sen dúbida, coa mobilidade por citar só un caso”. El regidor socialista hizo un repaso por las prioridades que tiene en mente y destacó que “o que está por vir, dende logo, é moi ilusionante”. Animó a toda la Corporación a “camiñar xuntos para construír a Vilagarcía que queremos”.
En la sesión estuvieron presentes en primera fila aquellos que fueron alcaldes en la democracia vilagarciana, desde José Recuna hasta Tomás Fole, pasando por José Luis Rivera Mallo, Javier Gago, Enrique León y también Dolores García. Fue un pleno sin sobresaltos en el que hubo alguna que otra anécdota como cuando el concejal del PP, David Oliveira, tiró la bandera de Vilagarcía al tropezar con ella camino de emitir su voto en la urna. Hubo aplausos destacados para la mayor parte de los concejales y uno más prolongado cuando Alberto Varela fue proclamado alcalde. Ahora queda saber si el BNG entrará en el gobierno o si el PSOE afrontará este mandato en minoría.