Maquinaria y operarios de la Diputación de Pontevedra retomaron ayer las obras para eliminar la peligrosa curva de Salaceda, que forma parte del trazado de la carretera Portela-Portas. Han sido más de trece años de trámites, anuncios incumplidos e inconvenientes que podrían rematar en cuestión de semanas. El alcalde, Roberto Vázquez, estima el plazo de ejecución en “quince días”, aunque matiza que “se o tempo acompaña”, cosa que parece que no sucederá, al menos, en lo que resta de esta semana. La predicción es de lluvias constantes y se necesitan varios días secos consecutivos para el asfaltado.
Fue, precisamente, el mal tiempo uno de los factores que impidió que los trabajos concluyesen en diciembre del año pasado, cuando se demolió una casa en ruinas existente en la zona y se acondicionó el terreno anexo para reducir el radio de la curva, uno de los puntos más conflictivos de la red viaria de Portas. Un poste de Fenosa en los terrenos afectados, cuya retirada tuvo que tramitar la Diputación, contribuyó también a la demora de las obras en este tramo del vial, de apenas unos 200 metros.
La actuación está proyectada desde hace más de trece años, pero encontró férrea oposición en el propietario de la vivienda ruinosa que se emplazaba en ese punto, que se resistía a deshacerse de los terrenos. Desde que en julio de 2001 se anunció la contratación de las obras de mejora de todo el trazado de la carretera, de 7,5 kilómetros de longitud, no fue hasta marzo de 2012 cuando se aprobó definitivamente el proyecto, tras desestimar el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 2 de Pontevedra el recurso presentado por un afectado. Se acometieron entonces trabajos en todo el vial, a excepción de la curva de Salaceda, ante la dificultad para llegar a un acuerdo con el propietario de la vivienda y de una finca anexa de 800 metros cuadrados. Las negociaciones llegaron a buen puerto en la recta final del año pasado, sellándose el pacto entre el particular y la Diputación de Pontevedra, titular de la carretera. Unos 50.000 euros fue el desembolso que tuvo que hacer la entidad provincial para la adquisición de los terrenos y las posteriores obras.