El Depor mira al abismo

El Depor mira al abismo

El Deportivo mira al abismo tras haber ganado sólo dos partidos de catorce. Son los fríos números que no dejan opción a las sensaciones. Por muy bien que juegue el equipo, si no gana de una vez el camino de vuelta a Segunda está trazado. Es así de duro y así de claro aunque haya quien no quiera verlo de esta manera.

Es cierto que ayer se careció de suerte para ponerse por delante en el marcador, que no mereció perder, que jugó bien al fútbol. Pero la realidad se llama puesto de descenso con 11 puntos, seis menos de los que tenía a estas alturas el equipo que bajó hace dos años.

 

sin cambios

Oltra atendió a su filosofía y puso en liza al once que se suponía. No dio la oportunidad a Insua y alineó a Roderick, que falló en los dos goles de Rubén Castro.

El Depor comenzó con brío y ritmo y se hizo dueño del encuentro. En la primera media hora el Betis no vio la pelota. Aunque empezó con un fallo defensivo que hizo intervenir a Aranzubia, rápidamente comenzó el rosario de acciones ofensivas blanquiazules.

En el minuto tres probaba fortuna a la salida de un córner y en el 11 Bruno Gama estaba a punto de conectar un disparo sobre la meta de Adrián. En el 13 Riki fallaba un gol cantado, solo, delante del portero. A los 19 Valerón mandaba al larguero. La cosa no pintaba mal, pero había una sensación de peligro en el ambiente porque a este Depor, con dos pases, le hacen una ocasión.

A los 23 Aranzubia detenía la mejor oportunidad del Betis. Riki contestaba con dos buenas acciones pero, en el 38, Rubén Castro ponía el 0-1 en el marcador. Marcaba por alto ante Roderick. Un delantero de 1,74 remataba ante un defensa de 1,93. 0-1 y, como casi siempre, a jugar contra corriente. El encuentro moría en la primera parte con la parroquia boquiabierta. No se merecía perder pero...

Si la cosa acababa mal en el tiempo de descanso peor se ponía al comienzo de la segunda parte. A los 54 minutos Rubén Castro anotaba el 0-2 en una contra rápida en la que volvía a recibir un pase del lateral zurdo bético, Nacho.

El Depor no se rindió y se fue al ataque con corazón, fe, garra y hasta cabeza. La suerte que había sido esquiva en la primera parte se convertía en compañera de viaje en cinco minutos mágicos de Riki en los que se conseguía empatar un encuentro que hasta ese momento parecía imposible de igualar. En el 55 Beñat rompía el fuera de juego y Riki macaba el 1-2. Conseguía el empate en el 60, después de una jugada embarullada que resolvía colocando la pelota al lado del poste que le quedaba más lejos a Adrián. La esperanza se instalaba en Riazor.

Con el empate el equipo seguía intentando crear juego y el Betis se metía en un sendero de faltas para cortar la avalancha. En el 68 Mel hacía un cambio, quitaba a un delantero para meter a un mediocampista porque en esa parcela el equipo local era mejor. Oltra no lo debió entender bien, o lo entendió mal, y quitó a un central, Roderick, para dar entrada a un delantero, Bodipo. Al jugar con tres hombres atrás y situar más pegado a Aythami a Alex Bergantiños el Depor se rompió en dos, literalmente, dejando un espacio sin ocupar en el medio del campo enorme.

La jugada de ajedrez le puso el jaque a Mel en bandeja. El mate llegó en el 75, cuando Ayoze no presiona a Campbell para que no dispare de lejos, precisamente porque está más pegado al único central sobre el terreno de juego. En Riazor se han visto errores de entrenadores, desde los más grandes a los más humildes. El cambio de Oltra era tan innecesario como suicida. Eso no es valentía, no hay que demostrarla así. Simplemente fue un error.

Con el 2-3 pudo llegar el 2-4 pero los béticos no acertaron en una acción en la que salvaba los muebles Bruno Gama. El Depor peleó hasta el final pero el fin fue el de siempre. Derrota y miedo.

 

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