El Deportivo ganó en Mallorca y se aferra a las pocas posibilidades de supervivencia contra viento y marea. Sólo valía el triunfo, no ganar hubiera sido dar un paso atrás casi definitivo, pero se consiguió el objetivo.
Fernando Vázquez apostó por el juego, con Juan Domínguez y Valerón en la media, pero dejó a Zé Castro en el banquillo para que Aythami hiciese pareja con Marchena. Fútbol en la parcela ancha, contundencia en la zaga como argumentos en Son Moix.
El Mallorca asumió el rol de equipo local, con su estadio lleno y animando ante lo que se jugaban los suyos. El cuadro de Manzano comenzó encerrando al Depor en su área. Las llegadas eran constantes pero no finalizaban. Poco a poco el equipo coruñés se sacudió el dominio balear y pasó a la acción. A los once minutos Aythami remataba desde el corazón del área a las manos de Aouate. Tras un intercambio de jugadas de ataque llegaba el tanto balear. Un mal despeje de Marchena acababa con un disparo de Casadesús que impactaba en Sílvio y engañaba a Aranzubia. El 1-0 dejaba tocado al Deportivo pero, rápidamente, los blanquiazules se rehacían espoleados por su entrenador.
Después de varios minutos un tanto abatido el equipo coruñés empezaba a jugar de nuevo. Sílvio se llevaba la pelota por la frontal del área y de disparo colocado batía a Aouate. Era el minuto 26 y el encuentro se ponía de nuevo en tablas.
Con el empate el Mallorca bajaba un poco los brazos. Pizzi tenía una oportunidad clarísima en el 29, pero no concretaba. En el 40 el Mallorca llegaba de nuevo con peligro, pero la zaga visitante lo cortaba con contundencia. En el 45 Giovanni botaba una falta desde la línea frontal de área que se marchaba fuera por poco. Con esta acción se llegaba al descanso.
La reanudación no pudo empezar mejor para el Deportivo. A balón parado Pizzi buscaba el segundo palo, tocaba Abel, casi marcaba Aythami y el rechace, con la zurda, lo alojaba Marchena en las mallas. Con el 1-2 el panorama cambiaba. Ahora era Manzano el que tenía que reaccionar y poner en liza a toda su artillería.
El técnico andaluz introducía dos cambios. Su homólogo ni se inmutaba y el Depor permanecía con la misma filosofía. El el 59 Pizzi hacía un jugadón que merecía el gol, se llevaba a su par en dos ocasiones, se plantaba ante Aouate, que despejaba, pero la pelota daba en el cuerpo de uno de los zagueros baleares y le quedaba franca a Riki que, de cabeza, marcaba un tanto fácil.
La sentencia parecía definitiva, pero quedaba mucho partido. No obstante, el Depor siguió atacando con buenas jugadas de Riki y un disparo de Bruno Gama. En el 69 pasó el cuadro balear a llevar la iniciativa pero el equipo coruñés se defendía, a veces con fallos, que llevaban algo de optimismo a la grada y tensión a Aranzubia, que no paraba de gritar a los suyos. Vázquez empezó con el rosario de cambios. Además de refrescar a su equipo frenaba el fútbol balear en plan baloncesto. El técnico ‘sabe latín’.
Dio entrada a Salomao y Nélson Oliveira. Los dos tuvieron opciones. La más clara en el minuto 82, cuando el delantero portugués daba un balón a Valerón en plan ‘métela tú que a mi me da la risa’ y el canario no hacía bien el control. No es habitual un fallo de este tipo, pero el mejor también tiene derecho a errar. De esa ocasión se pasó, en el 85, a un gol ilegal del Mallorca que subió al marcador después de que Nunes centrara en fuera de juego. Hasta el 94 hubo que sufrir, equivocarse por los nervios, aguantar, tener un poco de suerte para respirar y frotarse el sudor de la frente cuando el colegiado pitó el final.