El estudio económico-financiero de las pozas de A Tafona concluye que “para acadar unha xestión viable das instalacións é preciso conseguir en torno a 35.000 visitas anuais”, lo que representaría un 35% de su capacidad operativa total, ya que las cinco piscinas proyectadas podrían acoger a 342 personas al día y a 106.704 al año. El alcalde, Juan Manuel Rey, cree que los 35.000 usuarios al año serán “fácilmente alcanzables”, por lo que insiste en que “el proyecto cumple sobradamente los criterios de viabilidad” incluso aunque las obras se ejecuten por fases. Porque afirmó que ninguna de las pozas entrará en servicio hasta que estén todas construidas. De hecho, la propia empresa que elaboró el estudio, Quadernas, recomienda que “o complexo termal só se abra ao público unha vez estea completamente rematado e acondicionado” ya que una apertura parcial “frustraría boa parte das expectativas que se puidesen ter xerado e repercutiría negativamente na imaxe do complexo, dificultando as posibilidades de éxito”. El Concello cuenta actualmente con financiación (192.000 euros de la Diputación y materiales por valor de 60.000 euros que llevan meses almacenados en la Escuela Taller) para tres piscinas, pero Rey se muestra convencido de poder conseguir dinero para todo el proyecto, cuyo presupuesto se eleva a 750.000 euros.
Las pozas podrán albergar a 57 personas simultáneamente y las instalaciones necesitarán una plantilla de cinco trabajadores. Sus sueldos supondrán un desembolso de 127.372 euros en el primer ejercicio, a lo que hay que sumar otros 31.700 para suministros, publicidad y mantenimiento. La entrada a las piscinas tendrá un precio de 4,5 euros , si bien se contemplan bonificaciones para los vecinos de Caldas y a colectivos como parados, jubilados o discapacitados. Además, se proponen otras fórmulas de ingreso, como el alquiler de albornoces, chanclas y toallas.
En cuanto a la forma de explotación, el gobierno local todavía no tiene claro si será pública o privada (en este caso la concesionaria pagaría uno canon de unos 15.000 euros al año, aunque sólo a partir de unos determinados ingresos). El estudio analiza las dos alternativas y “dos seis escenarios que se plantexan, cinco son viables”, recalca el alcalde. El único que no daría rentabilidad, sino casi 60.000 euros en pérdidas en cinco años, sería la gestión directa por parte del Ayuntamiento con una afluencia menor o igual al 30% de la capacidad de las pozas. Juan Manuel Rey insiste en que quiere “consenso” con la oposición para en cuanto a la forma de explotación. “El corazón me pide que sea pública, pero no se decidirá hasta después de las elecciones porque no quiere hipotecar al próximo gobierno”.
Lo que sí quiere hacer antes de los comicios es adjudicar las obras de la primera fase. Cabe recordar que la oposición impidió hace unos meses la licitación del proyecto, que tanta controversia ha generado en los últimos meses en la villa termal. Pero Rey tiene plan B y, de ser necesario, está dispuesto a contratar las obras sin que el asunto se someta a votación del Pleno. La mitad de las obras podría adjudicarlas él directamente, “es competencia de Alcaldía”, asevera. La otra mitad se ejecutarían con trabajadores municipales.
Juan Manuel Rey defiende que las pozas se financien con dinero público incluso si la gestión se adjudica a una empresa privada porque “este es un proyecto singular, no solo en Caldas sino en toda la provincia en la que no hay nada parecido. Será un complemento de la oferta turística”, continúa, y además “nos parece una excelente oportunidad de negocio, ya que la explotación de los recursos termales será beneficiosa para la población local, para su salud y su economía”. n